Partiendo de la tercera ley de Newton, se podría imaginar que no sólo se aplica a los objetos, sino incluso a las personas. Pero la Física no lo explica todo. Ni, afortunadamente, es necesaria para todo. En función de nuestra voluntad, en esta época que vivimos, todos tenemos nuestra misión, individual y colectiva. No se puede separar en dos. Somos acción y reacción, potencia y capacidad. No darnos cuenta es rendirnos.