Hace 4 años | Por ClaraBernardo a 20minutos.es
Publicado hace 4 años por ClaraBernardo a 20minutos.es

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha absuelto a un hombre que había sido condenado a 17 años y medio de cárcel por cinco robos con violencia e intimidación al desestimar la validez como pruebas de la identificación de los testigos en la vista oral y de la ruedas de reconocimiento. La prueba más importante fue la prueba de reconocimiento. No obstante, era el único cuyas características coincidían con las del sospechoso (raza blanca, poco pelo y "aspecto de toxicómano"). El resto eran dos varones de raza negra, un tercero con abundante..

Comentarios

Priorat

Pues me parece muy normal.

Nova6K0

Las ruedas de reconocimiento no valen para nada. En el momento que una persona (testigo/victima) duda de la persona que cometió el delito, no vale para nada. Y eso se da día sí y día también:

- Señora ¿señale a la persona que le robó el bolsó y le hizo caer y romperse la cadera?

- Yo creo que es el dos

- ¿Cree?

- Si se me parece

- Señora ¿está segura?

- Ahora que lo pienso... ¡no es el cuatro!

- ¿Segura?

- ¡Ahora sí es el uno, lo tengo claro!

Esa rueda no vale para nada, la señora duda realmente de quien le robó el bolso y quien le produjo la rotura de su cadera.

Salu2

Esperanza_mm

#2 Ya te digo que ni se complican en las grandes ciudades, y aún que se esmerasen en coger a un individuo que realmente sea del mismo perfil... hay otros "pequeñitos detalles" que enseguida delatan cual era el preso (y casi prefiero no mencionarlos por aquí) pero como creo que conoces el tema si piensas un poco seguro que caes.

Esperanza_mm

Lo de las ruedas de reconocimiento suele ser de traca, cualquier abogado con algo de maldad puede hacer que fácilmente su cliente acierte con el detenido (incluso el mismo si es espabilado).

Plumboom

#1 Las ruedas de reconocimiento se hacen tirando de lo que hay por alli en ese momento. Si son calabozos de una gran ciudad, aun pueden encontrar algo parecido, pero si es una ciudad pequeña se coloca en el panel a los primeros desgraciados que asomen la nariz entre los barrotes. Y eso en teoría. La practica es que el poli de turno no se complica mucho. Entra a un calabozo, pilla dos de allí y a otros dos del calabozo de enfrente, y listos. Si el acusado es negro y no hay negros, pues se le ponen tres blancos y un chino.