Todo se presentaba muy complicado, a inicios de 2016, para las autoridades de Caracas. Principalmente por tres razones: 1) la oposición neoliberal había ganado las elecciones legislativas de diciembre 2015 y controlaba la Asamblea Nacional; 2) los precios del petróleo, principal recurso de Venezuela, habían caído a su nivel más bajo en los últimos decenios; 3) el presidente estadounidense Barack Obama había firmado una orden ejecutiva en la que declaraba que Venezuela representaba una “inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional
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Por fin una noticia sobre Venezuela.
#1 Y ademas aclara mucho el fracaso de la oposición: "Todo pues, a principios de 2016, aparecía muy cuesta arriba para el presidente de Venezuela. Hasta el punto de que el achacoso opositor neoliberal Henry Ramos Allup, pasablemente embriagado por su mayoría parlamentaria, se permitió asegurar, en enero de 2016, en su primer discurso como presidente de la Asamblea Nacional, que “en un lapso no mayor a seis meses” sacaría del poder a Nicolás Maduro."
¿6 meses? Pero si todo el mundo sabe que estas cosas tardan 18 meses
Le Monde Diplomatique: Publicación que alaba la situación en países dónde sus columnistas jamás irían a vivir.
“inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional " Tener petróleo en cantidad supone una competencia desleal que amenaza la seguridad nacional, salvo algún caso
Así estaban las cosas cuando el presidente Maduro, en una magistral secuencia de jugadas de ajedrez que nadie vio venir –perfectamente legales según la Constitución–, sorprendió a todo el mundo. Renovó, como era su derecho, a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), órgano superior del poder judicial, cuya Sala Constitucional tiene la última palabra en materia de interpretación de la Constitución.
Si la Consitución permite hacer lo que te salga de los cojones con el tribunal constitucional, pues será una victoria "legal", pero demuestra que en el país no hay separación de poderes. Si tienes que atar a la judicatura con correa para que salgan las cosas como quieres, el país no es una democracia, ni completa ni a medias.
El resto del artículo es más o menos el mismo prodigio de objetividad:
Saturada de soberbia, la oposición cometió entonces dos errores mayúsculos :
Ya veo, ya...
Decidió ignorar las advertencias del TSJ y sesionar con tres diputados del estado Amazonas cuya elección, en diciembre de 2015, estaba bajo suspensión cautelar por irregularidades.
Ya. Me acuerdo de esto. La oposición había ganado elecciones, pero eso no les gustó a los chavistas, así que esos diputados, no contaban.
Ante esa afrenta, el TSJ dictaminó obviamente que la incorporación de los tres diputados “no electos regularmente” retiraba toda validez a las decisiones de la Asamblea Nacional.
Qué casualidad, el mismo al que había escogido Maduro "a dedo". Porque tuvo que escogerlos a dedo justo antes de esto. Ya veo, ya, de qué palo va la cosa. Si hay separación de poderes, resulta que Maduro no controla el parlamento.
De hecho, el TSJ declaró en desacato (desobediencia) a la Asamblea y determinó que “se considerarán nulas todas sus decisiones”. De tal modo que, por sus propios errores, la Asamblea no sólo no consiguió legislar, ni controlar al gobierno, sino que, como lo reconocen prestigiosos especialistas en derecho constitucional, se anuló a sí misma, dilapidó su poder y se autodisolvió (2). Esta fue la primera gran victoria de Nicolás Maduro en 2016.
Por sus propios errores. No porque el Tribunal Superior de Justicia hubiera sido elegido a dedo por Maduro.
Estoy por votarla por leerla como ejercicio.
Sospeché quien era el autor del escrito solo por la entradilla y comentarios, y no me equivoqué: el infaltable Ignacio Ramonet, la pluma a sueldo del Le Monde desde los tiempos de chavez. Un poco más y deja la lengua atorada en el esfinter de Maduro.
Las victorias de Maduro son sobre derrotas de su pueblo. Mientras existan "cambios fijos" entre bolívares y dólares, su población sufrirá una pobreza inmensa.
Vaya, ¡que rápido leéis!