Recuerda que la marihuana es liposoluble y no hidrosoluble. Para que se libere el THC -y por tanto, tenga efecto- es necesario calentarla y mezclarla con alguna grasa -aceite, mantequilla, otros lácteos-. Los tés de marihuana no ponen nada. Lo más fácil es elaborar previamente un aceite o mantequilla cannábicos, y utilizarlos luego en las recetas. Pero, en todo caso, nada de cocina británica -hervidos en agua-.