Los asistentes virtuales tienen décadas de historia: por increíble que parezca hoy, su antecesor más lejano fue creado a mediados de los años 60. Corría el año 1966 cuando el profesor alemán del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Joseph Weizenbaum publicaba un programa llamado ELIZA. El objetivo del ‘software’ no era otro que dar conversación a los usuarios y, lo que es más, hacerse pasar por una persona. Pero no por una persona cualquiera: ELIZA era un intento de psicólogo.
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