Cualquier adolescente de los noventa conoce Street Fighter II (1991), un videojuego que arrasó en los recreativos y que marcó a toda una generación. El videojuego se hizo tan famoso que, en los siguientes años, Capcom dio licencia para que se creasen productos derivados. Productos tan variados como figuras de acción, cómics o películas (normal y de animación). Y sí, llegó a haber hasta un juego de rol, publicado por White Wolf nada menos.