El empresario Alejandro de Pedro Llorca, involucrado en la trama Púnica, trabajó para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para fabricar la marca España en foros y páginas web, una labor que se ha mantenido hasta ahora en secreto. La labor del informático consistía en penetrar en foros y páginas web, ganarse la confianza del resto de usuarios y, finalmente, divulgar los contenidos y las noticias en esas mismas plataformas que le remitían los espías.