Llevamos 25 minutos de cola. Parejas al borde de la ruptura, resoplidos, codazos intercostales, carros extraviados, niños gritando... Estamos dispuestos a soportar el vía crucis, porque al final del calvario nos espera la recompensa. Se llaman Köttbullar y son unas albóndigas suecas que la camarera cuenta minuciosamente, mientras un afluente de sudor por el que podría surfear un hámster le recorre la pechera.
Comentarios
Medio AEDE #0
#2 Da igual, es un blog y el artículo es buenísimo, el que quiera que lo lea y el que no que vote en consecuencia.
Si vas a comer a Ikea, no te quejes.