Hace 5 años | Por ccguy a yorokobu.es
Publicado hace 5 años por ccguy a yorokobu.es

Sus caras verdes de vinagre pasado de rosca. Sus manos sudorosas. Sus sonrisas, entre cínicas, burlonas y cobardes. Hay que reconocer la durísima madera de la que están hechos los pesimistas profesionales, esos que creen que les va en el sueldo proclamar que nuestros proyectos, que son un desastre, solo pueden acabar de formar desastrosa. Durante las últimas décadas, con la excepción del cruel paréntesis de la crisis, muchas empresas y equipos, anclados en un integrismo infantil, intentaron fumigarlos sin éxito. Eso también salió mal.

Comentarios

Urasandi

7:33 y tengo que ir a currar. No son horas de leer estas chorradas

MKitus

#1 Pues estarán arreglados en tu curro contigo. Eres un pesimista tipo destructivo

Urasandi

#2 Toma: una sonrisa cobarde

D

#1 Si ya quiero matar a alguno por la mañana como para andar leyendo motivaciones.

Urasandi

#4 Déjate inundar por el universo Mr. Wonderful.

ElPerroDeLosCinco

Creo que los pesimistas solo son malos si contagian a otros su punto de vista y desaniman al equipo. Si sus opiniones se integran con las demás, es bueno que también se tenga en cuenta una perspectiva que compense el exceso de optimismo de otros.

D

Resumen del artículo: "deberían repartir SOMA en las empresas al entrar a trabajar"

Penetrator

En realidad, los pesimistas sólo son optimistas bien informados. Y muchos mal llamados pesimistas no son más que realistas, es decir, personas empeñadas en no ignorar la realidad. En el mundo empresarial se tiende a confundir el uno con el otro.