Martes, cuatro en punto de la tarde, y me encontraba comprando 25 diferentes alfajores en un distribuidor de La Tablada. Al mismo tiempo empecé a rumbear en la web viendo quienes podían asistir a esta cata. La organicé de esta forma porque hacía rato que teníamos ganas de catar alfajores. Para ser lo más objetivos posibles dentro de la subjetividad de la opinión de cada uno llegamos al acuerdo de, no solo hacer la cata a ciegas, sino que además se unificaría la puntuación asignando un valor a cada ubicación final según el podio personal.