La operación Legacy fue un programa de la Oficina Colonial Británica (más tarde, Ministerio de asuntos exteriores) para destruir u ocultar archivos en los que Reino Unido estuviera implicado en actos ilícitos, para evitar que sus excolonias pudieran acceder a estos. Funcionó desde la década de 1950 hasta la década de 1970, durante el apogeo de la descolonización del Imperio Británico. Todos los documentos secretos en las administraciones coloniales fueron examinados por agentes del MI5 para garantizar que fueran destruidos.