El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, vivió este sábado lo que se puede llamar un 'día redondo', y que se note la ironía. La ciudadanía madrileña salió en masa a la calle para protestar contra el genocidio palestino, el cual el propio regidor madrileño puso en cuestión, y a vista de la manifestación masiva, puso en marcha uno de sus mecanismos estrella siempre que hay concentraciones de índole contraria a la del Gobierno de la capital: apagar las cámaras de la capital para que no pueda verse la afluencia de personas.