Publicado hace 10 años por AristotelesNicomaco a carlosgomezgil.com

Las ciudades son espacios con vida propia que reflejan la complejidad de los procesos que protagonizan las personas que en ellas viven. Las ciudades hablan, nos hablan a través de las palabras registradas en sus calles y en sus edificios, comunicando mensajes que a veces nos pasan desapercibidos. Basta con prestar atención, ver detalles que nos pasan desapercibidos, para conocer qué pasa en esas ciudades, cómo viven sus habitantes o qué procesos atraviesan sus edificios. Y uno de ellos son los porteros automáticos.

TodasHieren...

El número 10 es tremendo, son arenas movedizas tanto por su aspecto como por el hecho de que se ha tragado el 2º (porque sólo tiene 1 y 3)

AristotelesNicomaco

#1 Pues todos están en activo en edificios habitados, es impresionante!!!

Azucena1980

Esto es un claro ejemplo de cochambrosismo urbano (urban cochambrosing)

D

Un auténtico portero automático debería ser capaz de identificar quien llama y abrirle la puerta o negarle el paso por sí mismo, sin la intervención de ningún humano dentro de la casa. Un auténtico portero automático incluso sabría si dentro de la casa hay gente, etc.

En el pueblo todos los porteros automáticos que he visto están impecables, todos muy bien instalados y todos muy bien conservados y brillantes. Ahora todo está dando la vuelta y en los pueblos se mueve más dinero, hay más gente con dinero, que en las grandes ciudades. Ahora hay más paletos en las grandes ciudades que en los pueblos. El en pueblo donde vivo, quien más y quien menos, casi todo el mundo tiene alguna carrera universitaria.

D

#4 Ah, y olvidé decir que el estado de los porteros automáticos son el reflejo de la sociedad y de la cultura general de un pueblo. Un portero automático que no tenga un mantenimiento a rajatabla dice mucho de la gente que vive en un país.

o

Curioso, alguno sorprendente, pero desde luego, el título es bastante pretencioso, me esperaba más texto.

kelonic

"Puerta abierta, por favor cierre después de entrar". Odio esa frase que escucho desde mi habitación a altas horas de la madrugada.
Y el portero en el que el sonido de llamada se oye mas el de la calle que desde dentro de la casa.
Y el gilipollas que toca el timbre cada 5 segundos hasta que le abren.
Odio a Fermax, odio a Ticino y...
¿Os he dicho que odio los porteros automáticos?