Hace 13 años | Por Razz a elcorreo.com
Publicado hace 13 años por Razz a elcorreo.com

Parece una de esas leyendas urbanas que provocan desasosiego entre los padres primerizos pero, en esta ocasión, ocurrió de verdad. Asier, un niño bilbaíno de 22 meses, se tragó parte de la cuchilla de la batidora con la que su aita acababa de prepararle una papilla de cereales. El aspa se partió e, inexplicablemente, un trozo de metal de cerca de 2 centímetros se mezcló con el alimento y pasó sin problemas por el esófago del menor hasta su estómago.

Comentarios

Krisiskekrisis

Esto es más frecuente de lo que parece. Y prácticamente siempre acaba bien. El tubo digestivo tiene gran cantidad de terminaciones nerviosas y de musculatura que le permiten lidiar con los objetos cortantes sin hacerse daño.
Lo más grande es que no nos enteramos, porque todo el proceso es inconsciente.

Elric

- "No busco dinero, ni pretendo ir a los tribunales..."

Ya, claro. Seguro que si el padre recibe los 4.000 euros que demandaba iba a donar ese dinero a la asociación de niños discapacitados...

Y dejando este irrelevante tema aparte, me alegro por el chaval de que todo saliese bien. Apoyándome en lo que dice #2 , el cuerpo no es tan tonto como parece y a veces es capaz de superar dificultades de este tipo.

Por otra parte y para finalizar, si se llega a tratar de un producto comprado en "El Corte Inglés" estoy al 90% seguro que ni llegamos a leer la palabra "corte" ni la palabra "inglés" dentro del artículo.

Razz

Si, era de Bilbao