Dennett se pregunta por qué muchos de estos sacerdotes que comparten un conjunto de posiciones muy similares, o quizás idénticas, a las sostenidas por los ateos, sin embargo siguen resistiéndose a presentarse como ateos. vía http://ow.ly/bizjb
Darwin públicamente se presentaba más bien como agnóstico, pero hay que tener en cuenta que los costes sociales de declararse abiertamente ateo en esta época todavía eran altísimos.
Hola, me llamo Fulano y hace 20 años que no creo en ningún dios. A veces, he sentido muchas ganas de creer, cuando veo qué felices son los creyentes y cómo les consuela su fe. Pero luego me digo que la fe no soluciona nada y que solo empeora los problemas, y tiro palante. Bueno, a veces me meto un poco de fútbol, pero me estoy quitando también.
En España puede parecer un poco anecdótico presentarse o no como ateo, aunque de hecho no hay demasiados ateos públicos (por ejemplo, políticos o científicos abiertamente ateos). Pero en países con legislaciones fuertemente teocráticas esta cuestión ni siquiera es planteable. En países seculares que legislan a favor de la libertad religiosa y de conciencia, como en particular EE.UU también es problemático presentarse como ateo. Se sabe por ejemplo que un candidato ateo no tendría ninguna posibilidad a ser presidente. Se pueden poner centenares de ejemplos, aparte de los que cuenta Dennett, sobre el estigma social que pesa en los ateos. Yo puedo recordar el caso del linguista Daniel Everett, cuyo ateísmo entre otras cosas le costó una década de separación familiar. Así que no es una cuestion menor precisamente.
Atascas el WC del creyente, le administras subrepticiamente altas dosis de laxante y esperas que la cosa desborde. Cuando el creyente esté en pleno paroxismo de locura y desesperación hechas abajo la puerta del WC y, señalándolo acusador con el dedo, gritas desaforada e inquisitivamente ¡¡¿¿Donde está tu dios ahora, eh, donde??!!
Comentarios
Darwin era ateo, aunque dijera lo contrario. ¿podrían explicarme como va? Creer en la ciencia no implica ser ateo.
#1 #2 me voy a citar sobre Darwin: http://etiopica.blogspot.com.es/2009/02/autobiografia-censurada.html
Darwin públicamente se presentaba más bien como agnóstico, pero hay que tener en cuenta que los costes sociales de declararse abiertamente ateo en esta época todavía eran altísimos.
Y rojo?
Uno, dos... ¡ateo!
La traducción correcta (no literal) del título sería "cómo saber si eres ateo".
#6 ¿Saber (uno mismo) o contar (a los demás)? ¿Estás seguro?
Ni que los ateos fueran como los vegetarianos: "Hola soy Paco y soy ateo"
¿Y a quien tiene que importarle lo que soy o dejo de ser?
#9 Mira que votar irrelevante, y justo tu ¡tu que les dedicas tantas letras y tiempo a esta clase de noticias!...
#10 No sé de que hablas.
#11 Como de costumbre
Hola, me llamo Fulano y hace 20 años que no creo en ningún dios. A veces, he sentido muchas ganas de creer, cuando veo qué felices son los creyentes y cómo les consuela su fe. Pero luego me digo que la fe no soluciona nada y que solo empeora los problemas, y tiro palante. Bueno, a veces me meto un poco de fútbol, pero me estoy quitando también.
En España puede parecer un poco anecdótico presentarse o no como ateo, aunque de hecho no hay demasiados ateos públicos (por ejemplo, políticos o científicos abiertamente ateos). Pero en países con legislaciones fuertemente teocráticas esta cuestión ni siquiera es planteable. En países seculares que legislan a favor de la libertad religiosa y de conciencia, como en particular EE.UU también es problemático presentarse como ateo. Se sabe por ejemplo que un candidato ateo no tendría ninguna posibilidad a ser presidente. Se pueden poner centenares de ejemplos, aparte de los que cuenta Dennett, sobre el estigma social que pesa en los ateos. Yo puedo recordar el caso del linguista Daniel Everett, cuyo ateísmo entre otras cosas le costó una década de separación familiar. Así que no es una cuestion menor precisamente.
Atascas el WC del creyente, le administras subrepticiamente altas dosis de laxante y esperas que la cosa desborde. Cuando el creyente esté en pleno paroxismo de locura y desesperación hechas abajo la puerta del WC y, señalándolo acusador con el dedo, gritas desaforada e inquisitivamente ¡¡¿¿Donde está tu dios ahora, eh, donde??!!