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#3 A no ser que repitan curso.
#4 Me he preocupado de mirar la encuesta de años anteriores y veo que allí se habla de estudiantes de enseñanzas secundarias entre 14 y 18 años. Es decir que se consideran alumnos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional (todo esto es enseñanza secundaria) entre esas edades:http://www.pnsd.mspsi.es/Categoria2/observa/pdf/Estudes2008.pdf
#8 Es la misma historia de siempre, de toda la vida, desde hace siglos. Los jóvenes siempre están peor preparados, los jóvenes siempre son más irresponsables, yo de joven era mucho mejor, la vida me ha tratado peor que a esos jóvenes, y así cientos de tópicos.
#9 Aún así, un repetidor puede llegar a tener hasta 18 años (creo recordar) en la ESO hasta que lo puedan echar. Y creo recordar un chico con 19 años (tenía algo de retraso mental).
Cuando yo tenía 16 años (1996) era totalmente legal emborracharse, y empecé a hacer botellón más o menos un año antes, con la ayuda de algún repetidor o de cualquiera que se prestase a comprarnos las bebidas.
Cada vez que leo este tipo de noticias me pregunto qué tipo de amnesia tiene la gente que dice que "la juventud cada vez está péor". Joder, recuerdo que en Tribunal y tantas otras plazas y calles de Madrid nos juntábamos cientos de chavales a beber, tanto que formaban unos charcos asquerosos de meadas por toda la zona... ¿Tanto bebisteis de jóvenes los demás que ya se os ha olvidado?
Y el otro 33.5% lo ha hecho pero no lo reconoce.
Pero es que en la actualidad ya eso no es raro! con este descontrol hormonal existente, cualquiera pudiera volar!
La noticia no hace referencia al botellón y a lo mucho que beben los jóvenes, que ya sabemos que es algo que pasa desde tiempos remotos, sino a una 'moda' o 'juego' que se está extendiendo de beber en un tiempo determinado (30 minutos, por ej) X copas... Precisamente cosas como éstas son las que tratamos de reflejar en la campaña 'Tengo un mito para ti', fomentando la prevención y el consumo responsable.
#14 eso es más que cierto, pero no porque se haya hecho siempre, se debe de ignorar sus efectos perjudiciales. No es lo mismo un consumo responsable y controlado, que acabar emborrachándote en menos de una hora como si fuera la mayor diversión del mundo, cuando realmente no lo pasa bien ni la persona que lo hace, ni quienes la acompañan...