Hace 6 años | Por martins a eldiario.es
Publicado hace 6 años por martins a eldiario.es

Ahora ya no son las palabras de Jay Allen, Mario Neves, Marcel Dany, Jacques Berthet o John T. Whitaker las que nos cuentan qué ocurrió en Badajoz, sino las de un militar portugués partidario de la sublevación militar y de las tareas de limpieza que se estaban efectuando. La historiografía neofranquista ha dedicado cientos de páginas a invalidar sus testimonios: hablaban de oídas, mentían, nunca estuvieron donde decían, demuestran lo contrario que pretendían, etc. ¿Qué dirán ahora de Henrique Galvão?

Comentarios

rogerius

Atención, spoiler.

Último párrafo del artículo: «Ahora solo falta que, aparte de contar con lo que nos proporcionan los archivos europeos, podamos acceder a los nuestros. Vamos para ochenta y dos años de aquellos hechos y han pasado treinta y uno desde que legalmente debían de ser accesibles. Es decir, desde 1986. Pasó el PSOE, pasó el PP, volvió y pasó el PSOE con la vana promesa de los “10.000 documentos” y volvió de nuevo el PP con su repugnancia habitual por todo lo que suponga recordar los orígenes de la derecha española. ¿Cuántos años más habrán de pasar? ¿A quién y qué se protege? ¿Acaso la matanza fundacional del franquismo iba también incluida en la amnistía de 1977?»

porto

#1 Muy triste que para investigar nuestra historia tengamos que recurrir a lo que se dice de ella en los archivos de otros paises. Mucho van a tener que repetir lo de la transición modélica para que se siga creyendo.