En el maremágnum de teorías sobre la ubicación de la Atlántida hace años que emergió una tesis que sitúa en la zona cantábrica, en el espacio comprendido entre los Picos de Europa, en Asturias, y el Cabo Machichaco, en Vizcaya. Jorge María Ribero-Meneses (Valladolid, 1945), quien lleva toda su vida defendiendo que Iberia, lejos de ser el lugar en el que a lo largo de los siglos otras civilizaciones fueron depositando su legado, debe ser considerada como «el crisol de todas ellas al tiempo que la matriz incontrovertible de la civilización».