Hace 9 años | Por marcos.gomezlor... a yorokobu.es
Publicado hace 9 años por marcos.gomezlorenzo.5 a yorokobu.es

Iván Octavio Medina era un carpintero con un problema de base: odia la tala de árboles. El oficio que había heredado de su padre no se le daba mal, pero le podían sus ganas de «ayudar al planeta». «Me di cuenta de que se gastaba muchísima madera haciendo muebles», dice este mexicano. Entonces se le ocurrió montar una empresa de objetos de madera con una peculiaridad casi inverosímil: prohibido cortar un solo árbol para crear sus productos.

Comentarios

Aitor

Llamar carpintería a hacer lamparitas con una rama y un cable y decir que "practica carpintería" sin talar un árbol como si hiciera de todo, muebles completos y demás.

hijolagranputa

Muy respetable el trabajo y la filosofía de este señor, pero creo que no hay que llegar a estos extremos.
Si lo que le importa es que no se destruyan los bosques pude seguir talando todos los árboles que necesite con la condición de plantar 2 por cada 1 que se lleve a casa.
En cierto modo estaría regenerando la masa arborea de una manera más efectiva que la propia naturaleza.

kumo

En Discovery hay un programa sobre "carpinteros fashion" que lo que hacen es recuperar madera de antiguas talas, demoliciones y otros. De esa manera reusan sin tener que talar.

#1 Depende de lo que tales. Hay árboles que tardan demasiado en crecer como para que eso sea efectivo.

V

Y el liston de madera que usa de base?

D

IKEA tiembla !!!