Hace 6 años | Por Verbenero a nytimes.com
Publicado hace 6 años por Verbenero a nytimes.com

En 1915, un equipo de arqueólogos estadounidenses que excavaban la antigua necrópolis egipcia de Deir el Bersha se toparon con una tumba oculta. En la compacta cámara los recibió una imagen espantosa: la cabeza cercenada de una momia sobre un ataúd de cedro.La habitació, fue el lugar de descanso de los restos de un gobernador llamado Djehutynakht (se pronuncia [yu-ju-tu-nokt]) y su esposa. En algún momento de la siesta de cuatro mil años de la pareja, unos saqueadores de tumbas entraron a su cámara funeraria y se llevaron oro y joyas.