...Y, tirando de memoria, ofrece un retrato muy esclarecedor de lo que era Mikel Laboa: “El recuerdo más flipante es un concierto suyo en Barakaldo, en un local no muy apropiado, donde estábamos bastante apelotonados. Era un domingo por la tarde con público muy intergeneracional: cuando Laboa interpretaba uno de sus lekeitios, un bebé que estaba en brazos de su ama comenzó a llorar, murmurar, a emitir sonidos que podían entenderse como una respuesta a los cantos y juegos fonéticos de Laboa, quien se enrolló en un diálogo de improvisaciones...
Comentarios
Qué pena la voz horrible, fue una canción-monumento en su tiempo y ahora un clásico absoluto.
Salvo algún tema salvable, a mi siempre me pareció un pelma. A los dúos con Lach jamás me atreví. Habría que escucharlos con un cutter.
Eta nik.