Publicado hace 3 años por Thornton a historiasdelahistoria.com

En los años 60 Charles Wrightsman, un magnate del petróleo americano, había adquirido por la exorbitante suma de 140.000 libras el retrato de El Duque de Wellington, una obra de Goya. La noticia de que lo que casi era considerado un tesoro nacional iba a abandonar Inglaterra causó un gran revuelo, y presionado por los amantes del arte, el Gobierno de su Majestad decidió financiar la compra de dicha obra con el objetivo de retenerla en suelo británico, tomándose la decisión de exhibirla en la escalera principal de la National Gallery.