Hace 7 años | Por Ripio a yorokobu.es
Publicado hace 7 años por Ripio a yorokobu.es

Gustav Mesmer buscaba respuestas a preguntas que no encontraba a ras del suelo. Pasó gran parte de su vida dibujando alas, escribiendo sueños e inventando todo tipo de máquinas para volar sin motor que tiempo más tarde serían admiradas por investigadores en aerodinámica y alabadas por los teóricos del arte bruto y marginal. Gustav Mesmer se pasó media vida encerrado en un psiquiátrico. Nadie tenía la solución a sus preguntas, quizás nadie era capaz de comprenderlas, y en lugar de escucharle prefirieron llamarle loco y apartarle de la sociedad.