Hace 8 años | Por --424445-- a nytimes.com
Publicado hace 8 años por --424445-- a nytimes.com

Aunque Robin y Joan Rolfs poseían dos de las muñecas parlantes fabricadas por la compañía de fonógrafos de Thomas Edison en 1890, no se atrevieron nunca a reproducir las grabaciones del cilindro de cera que había en el interior de cada muñeca. Preguntaron a expertos si podría existir alguna manera segura de reproducir estas grabaciones. Entonces, un laboratorio del gobierno desarrolló un método para reproducir el contenido de discos frágiles sin tocarlos. En 1890, las muñecas de Edison fueron un fracaso, la producción duró sólo seis semanas.