Mientras que la Transcontinental Railroad Company proporcionaba a los trabajadores, en su mayoría irlandeses, del tramo oriental del ferrocarril, comida y alojamiento gratuitos, obligaba a los trabajadores chinos del tramo occidental a proveerse de ellos. El coste -alrededor de la mitad de su salario mensual de 30 dólares- se cebó en sus ya escasos ingresos, pero la decisión discriminatoria de la empresa de no alimentar a los chinos tuvo un beneficio inesperado. Muchos de los trabajadores irlandeses languidecían con una dieta invariable (...)
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Después llevaron sus empresas a China con unas condiciones laborales similares.
#1 Y pensaron que los dominarian en su tierra, pero les salio el tiro por la culata