Hace 7 años | Por ccguy a yorokobu.es
Publicado hace 7 años por ccguy a yorokobu.es

Esta es la historia de un amor prohibido. Una relación que no podía ser porque no cumplía la heterodoxia de las relaciones sentimentales en el país de la Gramática. Y a la RAE, guardiana de las buenas costumbres entre las palabras, no le gustaba nada la relación amorosa entre un adverbio y un posesivo. Y no por una cuestión homofóbica, no. Las relaciones entre palabras del mismo sexo estaban bien vistas en la vieja institución. Era una cuestión de categoría, de clase. Normas sociales que no podían romperse por el mero capricho sentimental.

Comentarios

Robus

Pues mira, me ha gustado la manera de explicarlo!

D

#1 Es graciosa la historia, pero si lo que pretende es explicar... dudo mucho que la gente que cometa ese error sepa lo que es un posesivo átono antepuesto.

Es como querer explicar para tontos un circuito y ponerte a nombrar fenomenos fisicos que interfieran en la transferencia de carga.

Anabeljd

#1 Ha sido bonito, sí. #0 Gracias por ponerlo delante nuestro.

ElPerroDeLosCinco

Hay gente que se ríe mío por hablar mal, pero yo paso suyo.