Hace 1 año | Por Tieso a massivesci.com
Publicado hace 1 año por Tieso a massivesci.com

Entre las enfermedades que ya pueden atribuirse a una vida más sedentaria en las ciudades, como arterioesclerosis y problemas cardíacos o provocados por la polución, se une una nueva, la artritis de rodilla. Hasta el momento se identificada asociada a personas de edad avanzada, al aplicar el estudio a la enfermedad desde una nueva óptica se ha detectado que el cartílago de la rodilla es menos grueso en niños que viven en ciudades. Y se hace evidente en sociedades en desarrollo que se urbanizan rápidamente. Traducción en comentarios.

Comentarios

Bolgo

Si el problema fuera solo la artritis de rodilla, el caso es que nos estamos volviendo gilipollas. Generando estrés, comiendo atascos, respirando polución,imposibilitando la conciliación etc. Hay solución? No lo creo

D

#2 Yo lo de ver un tío solo en un puto coche atravesando la ciudad para ir al trabajo, sin tener que salir de esta, me enerva. Trayectos que se podrían hacer en patinete, bicicleta o una moto, que ocupa y contamina menos, hechos por el coche es el culmen de la estupidez humana.

Me alegro de que poco a poco las ciudades les vayan poniendo más restricciones.

Tieso

(Traducción íntegra) Muchos países con economías basadas en la agricultura están experimentando una rápida urbanización en su transición hacia economías de mercado. Además de los amplios cambios sociales experimentados en estos países, la investigación está estudiando las importantes consecuencias que esta rápida urbanización puede tener para la salud.

Se cree que muchos de los cambios sanitarios asociados a la urbanización son consecuencia directa de la reducción de los niveles de actividad física. Como está bien documentado que la actividad física protege contra muchas dolencias, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y algunos tipos de cáncer, la urbanización tiene el potencial de afectar negativamente a la salud humana. Un estudio reciente ha indicado que la urbanización, además, puede tener efectos generalizados en las articulaciones de sus ciudadanos.

En un estudio de Nicholas Holowka e Ian Wallace, de la Universidad de Harvard, la Universidad de Buffalo y la Universidad de Nuevo México, se examinó mediante ultrasonografía el grosor del cartílago de la rodilla de niños que vivían tanto en zonas urbanas como rurales de Kenia. El oeste de Kenia es un lugar ideal para estudiar los efectos de la urbanización, ya que muchas comunidades pequeñas siguen practicando la agricultura a pequeña escala y, al mismo tiempo, están muy cerca de la ciudad más poblada de Eldoret. Se reclutó a niños de 8 a 17 años para ver cómo cambiaba el grosor del cartílago de la rodilla a lo largo de la infancia.

Dado que la pérdida de grosor del cartílago de la rodilla es un factor de riesgo para el desarrollo de osteoartritis, este estudio pretendía descubrir cualquier diferencia en el riesgo de desarrollar osteoartritis de rodilla más adelante en la vida debido a la urbanización. Curiosamente, a pesar de que el estudio se centraba únicamente en la osteoartritis, una enfermedad que suele asociarse a la vejez, la tasa de reducción del grosor del cartílago de la rodilla seguía siendo significativamente menor en los niños de zonas rurales que en los que vivían en un entorno urbano. En los participantes urbanos, el grosor del cartílago de la rodilla disminuyó una media de 0,11 mm al año durante la infancia. Sin embargo, el grosor del cartílago de la rodilla de los niños de zonas rurales sólo se redujo una media de 0,047 mm al año. Estos resultados sugieren que la urbanización conlleva un mayor riesgo de osteoartritis de rodilla, que puede observarse incluso en la infancia. Entonces, ¿cuál es la causa de este mayor riesgo en los niños urbanizados?

Una hipótesis que se ha sugerido es que el mayor riesgo de osteoartritis de rodilla para los que viven en entornos urbanos se debe a cambios en la dieta y a una mayor acumulación de grasa. Esta teoría sostiene que los cambios dietéticos de la urbanización promueven la inflamación de bajo grado a partir de la liberación de adipoquinas del exceso de tejido adiposo. Las adipoquinas, como la leptina, son proteínas de señalización celular que se segregan a partir del tejido adiposo y pueden promover la inflamación en todo el organismo. Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, en el experimento actual no había diferencias entre los niños de zonas rurales y urbanas en cuanto al IMC y, sin embargo, el grosor del cartílago de la rodilla seguía siendo menor en los niños que vivían en zonas urbanas. Esto sería poco probable si la inflamación de bajo grado derivada de la obesidad fuera la principal responsable de la pérdida de cartílago de la rodilla.

Un estudio similar al actual, realizado en un país urbanizado, podría aportar más información. Este estudio reveló que existía una asociación entre los bajos niveles de actividad física y la disminución del grosor del cartílago de la rodilla en los niños. Los estudios en animales también confirman que la disminución de la actividad física por descarga promueve una pérdida de cartílago, potencialmente debida a cambios metabólicos en los condrocitos. En el presente estudio, los niños con sobrepeso no mostraron una correlación en la reducción del grosor del cartílago de la rodilla. En conjunto, estos resultados sugieren que los niveles de actividad física, pero no la obesidad, son probablemente responsables de la disminución del grosor del cartílago de la rodilla observada en entornos urbanizados.

Para quienes viven en un país urbanizado con una economía de mercado, estos resultados son potencialmente preocupantes. Las consecuencias de la urbanización para la salud van mucho más allá de la obesidad, como se desprende del presente estudio. Y estos cambios y factores de riesgo ya están presentes en los niños que viven en entornos urbanizados. Además, este estudio cuestiona uno de los paradigmas más extendidos sobre lo que constituye una vida sana. A menudo, los números de la báscula se consideran la medida de referencia que refleja la salud y el bienestar general. Sin embargo, los niveles de actividad física, independientemente de la forma física y el IMC, también pueden desempeñar un papel importante.

De hecho, los índices de artrosis son muy prevalentes en Estados Unidos, especialmente entre la población de edad avanzada. Hasta un 10-13% de los estadounidenses mayores de 60 años serán diagnosticados de osteoartritis. Dado que se ha demostrado que vivir en un entorno urbanizado está relacionado con la reducción de los niveles de actividad física, puede que esto no sea una gran sorpresa. Sin embargo, investigaciones como la del presente estudio son vitales para comprender con claridad los problemas de salud derivados de la urbanización. A medida que se investigue más sobre el tema y se conozcan mejor los efectos generalizados de la urbanización sobre la salud humana, es de esperar que se pueda hacer frente a estos retos con mejores medidas sanitarias preventivas.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Bolgo

#3 te abrazaba. Me alegra no estar solo en el razonamiento que expones. Y si , la solución es imponer restricciones, dada la estupidez humana ( somos así )