Las Palmas de Gran Canaria reconoce este jueves al pívot senegalés como "hijo adoptivo" a un jugador que traspasa las fronteras del baloncesto con todo tipo de causas sociales, en la isla o en su país, en solitario o a través de Yakaar, su fundación para la educación y la salud. Los deportistas suelen cuidarse de opinar de política mientras están en activo, para evitarse antipatías, pero hay excepciones.
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“No es lo mismo que gobiernen las personas a que gobierne un plato.”