Hace 5 años | Por --410584-- a elboletin.com
Publicado hace 5 años por --410584-- a elboletin.com

Un informe conjunto de la mayor central sindical alemana (DGB) y la Fundación Hans Böckler radiografía el mundo laboral actual y apunta que Alemania y la UE siguen lejos de “garantizar buenas condiciones de trabajo e igualdad de derechos laborales para todos los empleados”. En el “Atlas del Trabajo” presentado ayer por la Federación de ocho sindicatos con casi seis millones de afiliados destaca un fenómeno tristemente sorprendente en el siglo XXI.

Comentarios

D

Sí, la hay. En Europa y en todo el mundo.

Esto me recuerda algo que leí hace nada, en El capitalismo canalla (de César Rendueles):

No deja de ser extraño que en nuestros centros de trabajo, en los que pasamos una enorme cantidad de tiempo, aceptemos condiciones de subordinación que en cualquier otro ámbito de nuestra vida nos resultarían repugnantes. De hecho, en buena medida, la instauración de los regímenes laborales típicos del capitalismo está íntimamente conectada con la historia de la esclavitud y el colonialismo.

D

#10 Depende. Hubo épocas de esclavitud (en el mundo romano —o griego, no recuerdo con exactitud—, por ejemplo), en los que los ciudadanos arruinados podían venderse a sí mismos como esclavos para sobrevivir. Ellos tambien aceptaban eso, claro. Pero obligados por las circunstancias. Hoy día hay mucha gente que acepta sus condiciones de trabajo simplemente por miedo a no tener de qué subsistir. Que haya esclavitudes peores no significa que no lo sea. El lenguaje es muy rico y la palabra "esclavitud" tiene diversos grados de intensidad, como pasa con las demas palabras.

Liet_Kynes

#12 Pues no, según la RAE la acepción referente al trabajo de esclavitud habla de privación de libertad. Cualquiera que sea libre de abandonar una actividad no es un esclavo

D

#13 Hay más acepciones de las palabras esclavo y esclavitud. Pero me vale incluso la primera, que es la que mencionas de la palabra esclavo. La RAE dice exactamente:

Dicho de una persona: Que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra.

Pues me vale con esa definición. Y ahora podríamos seguir dándole vueltas con qué significan las palabras "dominio" y "libertad", pero no vale la pena.

Admito que quieras darle más enfasis al principal significado histórico de esclavitud. Pero el lenguaje es muy rico y esa palabra la usamos hoy día para referirnos a varias capas de significado relacionadas entre sí. De hecho, alguno de esos ejemplos que cité en #8 implican un maltrato superior al que algunos esclavistas infringían a sus esclavos (los hubo que trataban a su esclavo como una especie de sirviente al que trataban respetuosamente e incluso en ocasiones finalmente se les concedía la libertad). Cierto que el contexto histórico de esclavitud era más férreo y externo, no como ahora que se nos educa para que nos esclavicemos nosotros mismos interiormente siendo sumisos al criterio inculcado. Pero la palabra esclavitud todavía nos resulta muy útil.

Liet_Kynes

#9 Me he declarado bocachancla porque mi comentario no tiene relación con la noticia, no por su contenido, en el que me reafirmo

Liet_Kynes

De la misma manera que llamar terrorismo a cualquier forma de violencia es banalizarlo, llamar esclavitud a la precariedad también es banalizarla. Que una persona que es libre de renunciar a su trabajo si encuentra otro mejor o si ya no le satisface, que no recibe castigos físicos por negarse a trabajar, etc se considere esclavo es un desprecio a quien sí lo sufrió y una muestra de ignorancia

Señorantisistema

#2 lee el artículo, cuando habla de esclavitud moderna no se refiere al trabajo precario...

Liet_Kynes

#4 Cierto. Esta vez he pecado de bocachancla

D

#7 => #6
wall

D

#2 (CC - #4) Y en algunos casos yo diría que calificar ciertos trabajos como esclavitud no es una metáfora tan exagerada (incluso en la esclavitud antigua, había amos bonachones que trataban relativamente bien). Te copio un trío de ejemplos sacados del libro Capitalismo canalla, dos de ellos citando a su vez al libro Sonríe o muere, de Barbara Ehrenreich:

En la normalidad de nuestras democracias muchos activistas denuncian, con toda la razón, que cada día, cuando accedemos a nuestro puesto de trabajo, renunciamos a nuestra soberanía como ciudadanos para someternos al dictado de normas despóticas y arbitrarias. En las empresas aceptamos una subordinación que en cualquier otro lugar, incluida nuestra vida familiar, nos resultaría repugnante. Un amigo psicólogo me contaba que trataba por ansiedad a varias cajeras de una sucursal de una conocida cadena de supermercados. Su supervisor no les permitía ir al baño más que una vez durante su jornada laboral. El miedo a no aguantar y mearse encima aumentaba su sensación de incontinencia, así que toda la línea de caja llevaba pañales.

Sin embargo, también es verdad que en la mayor parte de las empresas occidentales no hay agresiones físicas sistemáticas. Al menos de momento, siguen llamándonos poderosamente la atención casos como los que refería Barbara Ehrenreich en Sonríe o muere. En 2006 una mujer denunció a una empresa californiana de alarmas para el hogar por someterla a lo que la compañía llamaba «azotes motivacionales»: los vendedores que peores resultados habían obtenido eran azotados con los soportes metálicos de los rótulos de la competencia. «Todavía más increíble es el caso de una empresa de Utah llamada Prosper donde en mayo de 2007 un supervisor le hizo a un empleado "el submarino" durante un ejercicio motivacional. Al vendedor, que se había prestado voluntario sin saber qué iba a pasar, le hicieron salir al exterior y tumbarse con la cabeza más baja que los pies; entonces, lo sujetaron entre varios compañeros para que no pudiera moverse, mientras el supervisor le metía agua a la fuerza por la nariz y la boca. Al acabar, el jefe les dijo: "Ya visteis con qué fuerza luchaba Chad para respirar; así que quiero que entréis ahí y peleéis igual que él para conseguir ventas"».

A la mayoría no nos azotan en nuestros centros de trabajo. No hace falta. La jornada laboral se infiltra en nuestras almas. (...)

(El capitalismo canalla, págs. 28 y 29)

Liet_Kynes

#8 La clave está aquí: En las empresas aceptamos una subordinación que en cualquier otro lugar, incluida nuestra vida familiar, nos resultaría repugnante

Los esclavos no tienen esa opción

D

#2 Lo que demuestra ignorancia, sin ánimo de ofender, es desatender los alambicados procesos que llevaron del esclavismo al trabajo asalariado. No es materia para un breve comentario pero muy muy resumido podríamos decir que a los obreros se les obligó a entrar por el aro del trabajo asalariado (quién de otra forma aceptaría trabajar desde los 10 años una media de 12-14 horas diarias 7 días a la semana por sueldos de subsistencia) y la razón no fue otra que la del beneficio; Resultaba más barato tener trabajadores que tener esclavos, así de fácil... y de aquellos polvos estos lodos.

Liet_Kynes

#5 De la misma manera que un mamífero no es un reptil aunque evolucionó de ellos, la precariedad no es esclavitud por mucha relación que pueda tener con ella

D

Muy cierto y solo hace falta estudiar un poco para darse cuenta de los métodos brutales e inhumanos que el capitalismo usó para conseguir la mano de obra que necesitaba para sus fábricas. Cuando hoy pedimos trabajo (asalariado, se entiende) no pedimos otra cosa que nuestro derecho a ser torturados y no solo por la correspondencia etimológica de los términos si no literalmente.