Publicado hace 8 años por Mrverde a latribunadelpaisvasco.com

Coronel del Ejército de Tierra y Diplomado de Estado Mayor, actualmente en situación de reserva, Pedro Baños Bajo, uno de los más destacados especialistas españoles en geopolítica, acumula una larga experiencia militar en ámbitos y lugares muy diversos, repasa en esta entrevista exclusiva concedida a La Tribuna del País Vasco los orígenes del autodenominado Estado Islámico (EI), las repercusiones internacionales de las guerras que se libran en Irak y Siria y, sobre todo, el papel que debe desempeñar Occidente ante lo que el presidente de Estado

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Mrverde

Extracto: ¿De dónde nace militarmente el Estado Islámico?

Como decíamos antes, ya hemos visto que en Irak se encontraba un gran número de personas despreciadas, humilladas, apartadas y, en ocasiones, encarceladas, muy preparadas militarmente. Y hemos visto que, en un momento dado, a “alguien” se le ocurre que esta gente puede ir a luchar a Siria para acabar con el régimen de Bashar al-Asad y para apoyar a unos grupos de rebeldes que, desorganizados y enfrentados entre ellos, son tan bárbaros como los demás.

En ese momento, y “casualmente”, es cuando se produce la huida de la prisión de máxima seguridad más importante de Irak de un millar de combatientes suníes. A estos presos se les traslada a Siria, se les dota de armamento y se les financia con generosidad, y, en muy poco tiempo, pasan de ser 1.000 a ser 5.000, llevados y pagados desde muchos lugares del mundo. Fanáticos, gente marginada, mercenarios y gente con ganas de aventura, hay en todos los lugares. Si proporcionas a estas personas una bandera en la que arroparse, una idea por la que luchar y por la que morir, y además les entregas una paga, tienes un ejército formado.

Así fueron los primeros pasos del Estado Islámico. Los suníes iraquíes, tras contemplar el avance inicial del Estado Islámico en Siria, vuelven a llamar a este país a parte de estos combatientes para que colaboren también en la lucha ya abierta contra el chiita Al-Maliki, líder del gobierno iraquí. Es, de este modo, como también comienza la presencia, de un modo organizado, del Estado Islámico en Irak.

A partir de este punto, el EI pone en marcha una efectiva, truculenta y terrorífica campaña a través de los medios de comunicación y las redes sociales, divulgando sus decapitaciones y asesinatos, y tratando con ello de conseguir un importante efecto publicitario que tiene varios objetivos: captar fondos, atraer nuevos combatientes, conseguir el apoyo de las poblaciones sunitas e intimidar a los ciudadanos de los países que, en esos momentos, están luchando contra ellos.

Esta actividad propagandística les funciona perfectamente, en parte por sus méritos, pero, sobre todo, porque Occidente, a través de sus medios de comunicación, no deja de agrandar la imagen del Estado Islámico.

¿Por qué Youtube acoge millones de vídeos en los que se recogen todas y cada una de las tropelías y salvajadas del EI? ¿Por qué ocurre esto cuando si a alguien se le ocurriera, por ejemplo, colgar un vídeo de violencia machista o de pedarastia éste apenas duraría unos segundos en el canal? ¿Por qué se siguen manteniendo los montajes audiovisuales del Estado Islámico? ¿Cómo llegan estos vídeos a todas las televisiones del mundo? ¿Por qué todos ellos son distribuidos a través de Site Intelligence Group, una empresa de comunicación, de estudios y de análisis norteamericana? Y lo que es más importante: si asumimos que uno de los fines principales del Estado Islámico es atemorizar a los ciudadanos occidentales a través de la propaganda, y lo están consiguiendo, y si coincidimos en que, tal y como explicaba Margaret Thatcher, la publicidad es el oxígeno del que viven los terroristas, ¿por qué los medios occidentales están proporcionando al EI este oxígeno? Esta es una de las grandes cuestiones que tendríamos que plantearnos si queremos enfrentarnos a este tema con seriedad.

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Alguien debía hacerlo.