"Yo pensaba que se me iba a pasar, que conocería una chica", recuerda David -nombre ficticio- sobre sí mismo cuando tenía 25 años. Apenas había tenido algún encuentro homosexual por entonces, pero se había criado en una familia que describe como religiosa y algo machista. Su único referente gay era un primo de su padre que había muerto de sida en los 90: "Era el ejemplo de que los maricones se mueren de sida y se van al infierno, eso es lo que yo escuchaba".
Comentarios
Dice "falsas" como si hubiese "auténticas" y no creo que sea el caso...
#1 Es una posible lectura, yo lo veo más como que no son realmente "terapias"
La iglesia, siempre jodiendo a las personas.
#2 A lo que hay que sumar a políticos que le pueden seguir el juego y que se retroalimentan entre ellos.
Religiosos jugando a científicos ¿Qué puede salir mal?