Miembros de ONGs y periodistas han unido sus fuerzas en redes sociales para encontrar a Azan Aldaham. Este niño de cinco años es un refugiado, tiene la mandíbula rota y nadie sabe dónde está.
No cuesta nada difundirlo, lo hago encantado.
Miles de niños viven diariamente el terror y el dolor infligido por guerras y la violencia adulta. Una barbarie que debería irse desterrando en el s. XXI. Aunque este caso, como otros, sea un símbolo, merece la pena que se conozca.
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No cuesta nada difundirlo, lo hago encantado.
Miles de niños viven diariamente el terror y el dolor infligido por guerras y la violencia adulta. Una barbarie que debería irse desterrando en el s. XXI. Aunque este caso, como otros, sea un símbolo, merece la pena que se conozca.
¿Un RT? Marchando un irrelevante.