En días pasados fuimos testigos de la gran movilización generada por los trágicos actos terroristas ocurridos en Francia contra el personal de la revista Charlie Hebdo y los rehenes en el supermercado judío. Medios de comunicación, redes sociales, altos dignatarios de numerosos países, intelectuales notables y millones de personas comunes en distintos lugares del planeta centraron su atención en París de una manera especialmente intensa. La tragedia sin duda lo ameritaba, pero lo desconcertante es el bajo impacto que en comparación tuvieron
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No era un supermercado judío, era un supermercado kosher. Los judíos y los musulmanes comparten el gusto por las comidas rituales. Dios les ha dicho lo que pueden y no pueden comer.