El PP debe decidir si, tras el estallido de la operación Lezo, persiste en entender que su reputación queda a salvo con la sanción a los directamente responsables y con la dimisión de Esperanza Aguirre o, por razones de acumulación (Correa, Taula, Bárcenas, Púnica) y otras cuantitativas y cualitativas, ha de abordar una estrategia de recuperación de las siglas del partido que ya se están vinculando en la calle con la corrupción. Eso es así, se reconozca o no, sea justo o injusto –probablemente lo es–, resulte duro o difícil de admitir.
Comentarios
Se parecen más a un Opel Corsa.
Los de VW tienen las cuentas saneadas y son capaces de hacer frente a la multas, sanciones e indemnizaciones, los del PP no son capaces de tener una sanidad, una educación, una dependencia o una pensiones que pagamos sobradamente todos los españoles. No el PP no es VW.