Las vacunas no son inocuas, como no lo es ningún fármaco. Tienen una intención primaria, la de proteger a quien la recibe de determinada enfermedad, pero tienen también posibles efectos secundarios que hacen que cada vez más padres duden sobre si administrarlas sea la mejor de las decisiones. A ello debemos sumar que, por suerte, muchas de las enfermedades de las que se vacuna a los niños apenas existen ya en nuestro medio, en el primer mundo, y al no verlas, les perdemos en cierto modo el respeto.
Comentarios
#0 Esta madre antivacunas cambió de parecer cuando sus tres hijas se contagiaron un retrovirus
Esta madre antivacunas cambió de parecer cuando su...
es.gizmodo.comDupe Esta madre antivacunas cambió de parecer cuando sus tres hijas se contagiaron un retrovirus
Esta madre antivacunas cambió de parecer cuando su...
es.gizmodo.com