Tenemos que estar alerta: los equidistantes proliferan entre nuestras filas. Han venido a decirnos que no tenemos toda la razón. Son traidores. Salen de nuestra trinchera y confraternan con el enemigo. Luego vuelven con su sonrisa hipócrita. Son desleales. Quieren estar aquí y allí sin que nada los ensucie. Son espías. Son arpías. Son contradictorios. Violan nuestras fronteras. Van más allá de las líneas enemigas. A su regreso ensucian todo lo que tocan. Lo cuestionan todo. Se atreven a matizar nuestro catecismo. Se creen muy listos.
Comentarios
Este pozo de ironía me ha alegrado la mañana, y sospechoso que no será entendido como tal por los del gatillo alegre
#1 El problema con la ironía es que puede llegar a ser indistinguible de uno de esos del "o con nosotros o con el enemigo" que lo dice de verdad.
#3 No creo que este artículo gente dudas.
Pensaba que no lo iba a decir, pero estoy muy de acuerdo. Hay mucha gente que se toma la política como una guerra personal, "un contra los otros, que son lo peor, que se han aliado entre sí únicamente para destruir todo lo que quiero".
Pero si, nadie tiene toda la razón. Gran artículo. Si donde pone catecismo lo cambia por catetismo, ni se nota
Lo que se ve en esta absurda situación es a los fanboys. Gente que, si el que dice una burrada es de su "equipo", lo aplaude a ojos cerrados.
Y me da que hay un porcentaje muy alto entre los dos bandos, una lástima.
Los equidistantes son una de las siete plagas de la humanidad. Son los que se ponen en el punto medio entre un médico y un curandero.
Son dañinos, son peligrosos.