Hace 5 años | Por rataxuelle a newyorker.com
Publicado hace 5 años por rataxuelle a newyorker.com

El fiscal general de Nueva York, el demócrata Eric Schneiderman, ha sido durante mucho tiempo un campeón de la lucha por los derechos de las mujeres y recientemente se ha convertido en un paladín del movimiento #MeToo contra el acoso sexual. Schneiderman tomó medidas legales contra Harvey Weinstein solicitando mayores indemnizaciones para las víctimas de su acoso sexuales. Ahora cuatro mujeres con las que mantuvo relaciones sentimentales o sexuales lo acusan de haberlas sometido a episodios de violencia física no consentida.

Comentarios

zoezoe

Four hours after the publication of this story, Schneiderman resigned from his position.

Algo habrá hecho

R

#metoo efectivamente.

D

La verdad es que esto del "Michu" es un chollaco para ir eliminando rivales políticos. Te buscas 3 o 4 señoras que digan que hace 35 años, fulanito les propuso guarrerías mientras les ponía la mano en la rodilla y ya está, a tomar por culo de la política. Y el que dice política , dice cualquier ámbito en el que exista competitividad bestia.

Cuando pillen la estrategia por aquí, veréis las risas. A ver cómo se defiende el Pablete o el Rivera cuando les acusen de guarretes saliorros. Total, las pruebas, ya tal.

Solo hay una pega. Con las mujeres no sirve.

D

Antes si alguien "molestaba" se ordenaba suicidarlo o accidentarlo. Ahora se le acusa de violencia machista sin pruebas.

D

Joer, no se libra ni el tato.

D

No va a quedar ningún hombre sin el metoo

D

No sé si el caso que se explica es real o no, puede que lo sea, y si lo es espero que se condene a esa persona, pero a mi el movimiento #MeToo me supera, porque se escapa de toda lógica.

Estos días que vivimos hemos visto como se ha creado un movimiento identitario de orgullo y de desprecio a todo pensamiento racional. Este movimiento se ha convertido en una ideología y ha asimilado la lucha feminista de la misma forma que el clasismo asimiló la lucha de clases.
De este hecho, ha aparecido un movimiento mendigante de divisa moral llamado #MeToo: “¡Yo también! ¡Yo también soy víctima y me enorgullezco de ello! ¡Unámonos y formemos un colectivo de víctimas en el que podamos ejercer nuestra superioridad moral sobre los que no son víctimas ni quieren serlo!”.

Un enfermo de cáncer puede enorgullecerse una vez se recupera y deja de estar enfermo, pero jamás debería estar orgulloso de tener cáncer porque entonces dejaría de luchar contra la enfermedad. La clase obrera, que en otros tiempos luchaba por la abolición de las clases para poder sentir orgullo después de haber logrado el objetivo, ahora ha decidido sentirse orgullosa sin haber logrado nada para así dejar de luchar. El machismo ideológico, igualmente, ya ha otorgado a la mujer el galardón al “Mejor colectivo en la categoría de sexo”. Y con eso, se acabó la lucha feminista. Y se acabó el feminismo.

Toda la lucha que las feministas del pasado realizarón por conseguir que se nos valorase como individuos sueltos, no como parte de un grupo, y se nos juzgase por nuestros actos, no por pertenecer a un grupo X o Y, tirado a la basura, por el nuevo feminismo de falsa bandera, en resumen, sintamonos orgullos de haber convertido el machismo en una ideología y haberle cambiado el nombre a feminismo (destruyendo así el feminismo real) y no peleemos por nuestros derechos unidos como clase, ni nada, separemos y entremos en una lucha entre hombres y mujeres, porque esto es lo que más le conviene al poder, que peleemos en una lucha estupida, y no les molestemos mientras hacen y deshacen a su antojo.

Qué pena

P.D. Todo mi apoyo a aquellas personas feministas de verdad, que pelean por la igualdad real de todo y porque cada uno seamos juzgados como individuos, no como parte de un grupo.