Hace 7 años | Por landaburu a channelnewsasia.com
Publicado hace 7 años por landaburu a channelnewsasia.com

Angela Merkel ha propiciado que la UE dependa de Turquía en la gestión de la crisis de refugiados, exponiendo al bloque a los chantajes de Ankara, acusan dirigentes políticos alemanes. “La canciller es responsable de que Europa se haya hecho tan vulnerable al chantaje del autoritario régimen turco y de que el presidente Erdogan se sienta claramente fortalecido, como para pisotear los derechos humanos”, denuncia Sahra Wagenknecht, del partido La Izquierda (64 escaños en el Bundestag, Cámara Baja del Parlamento alemán).. Traducción #1

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Claro, la letra pequeña de devolver a los refugiados sirios que se encuentran en Europa a Turquía (pagándole millones de euros para el mantenimiento) es que ahora los turcos no necesitan ningún visado para entrar a la UE, están dentro del libre movimiento.

Ojito que la critica proviene de la izquierda Die Linke, los comunistas, que para que ellos critiquen la inmigración la cosa tiene que ser muy gorda.

landaburu

#1 traducción: Angela Merkel ha propiciado que la UE dependa de Turquía en la gestión de la crisis de refugiados, exponiendo al bloque a los chantajes de Ankara, acusan dirigentes políticos alemanes.

“La canciller es (…) responsable de que Europa se haya hecho tan vulnerable al chantaje del autoritario régimen turco y de que (el presidente turco Recep Tayyip) Erdogan se sienta claramente fortalecido, como para pisotear los derechos humanos”, denuncia Sahra Wagenknecht, del partido La Izquierda (64 escaños en el Bundestag, Cámara Baja del Parlamento alemán), en declaraciones publicadas este domingo por el semanario Welt am Sonntag.

La Unión Europea (UE), señala la agencia británica Reuters, está “desesperada” por hacer funcionar un acuerdo con Turquía, según el cual este país se compromete a readmitir a todos los solicitantes de asilo sirios que lleguen ilegalmente al territorio de la UE.

Ankara recibiría, en contrapartida, la concesión regular de asilo al mismo número de refugiados ya presentes en su territorio, la entrada sin visado de sus ciudadanos al espacio Schengen, 3000 millones de euros de ayuda (adicional) para 2018 y una rápida apertura de negociaciones en torno a cinco nuevos capítulos para su adhesión al bloque.

La canciller (Angela Merkel) es (…) responsable de que Europa se haya hecho tan vulnerable al chantaje del autoritario régimen turco y de que (el presidente turco Recep Tayyip) Erdogan se sienta claramente fortalecido, como para pisotear los derechos humanos”, denuncia Sahra Wagenknecht, del partido alemán La Izquierda.

No obstante, Bruselas, para aplicar la exención de visas Schengen a los ciudadanos turcos, exige al Gobierno de Ankara el cumplimiento de 72 requisitos, entre los que destaca la reforma de su legislación antiterrorista.

El apoyo de Turquía a los grupos terroristas activos en Siria, ya claro para gran parte de la opinión pública europea, así como la guerra sin cuartel a las fuerzas autonomistas kurdas de Turquía y la creciente represión de la prensa crítica dificultan que los dirigentes de la UE lleguen a acuerdos con Ankara, si todavía pretenden seguir a la vanguardia en la defensa de la democracia y de los derechos humanos.
Campamento de refugiados improvisado cerca del puerto griego de Mitilini, en la isla de Lesbos, 15 de abril de 2016.



Turquía rechaza las exigencias de los europeos y los acusa de hipocresía, y en último término advierte de que, si no se facilita la entrada al espacio Schengen de sus ciudadanos, deberán buscarse una “nueva fórmula” para salvar el acuerdo.

Tal impasse se ha convertido en vivero de críticas a Merkel, no solo entre la izquierda y el ascendente partido xenófobo e islamófobo Alternativa para Alemania, sino también dentro de la “gran coalición” democristiana-socialdemócrata gobernante.

“No estoy en contra de un diálogo con Turquía, pero creo peligroso que nos volvamos tan dependientes de Ankara”, ha declarado Horst Seehofer, líder de la Unión Social Cristiana (CSU, en alemán) de Baviera (sur), formación hermana de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel.

Por su parte, Carsten Schneider, vicepresidente del segundo partido del país, los socialdemócratas coaligados con la CDU, ha denunciado la centralidad alcanzada por el presidente turco a causa de la gestión de Merkel. Si Erdogan cesa la cooperación con la UE, “quedará clara una vez más la extensión del aislamiento de Alemania en Europa”, ha alertado Schneider.

La canciller alemana es esperada la semana próxima en Estambul (noroeste de Turquía) para participar los días 23 y 24 en la Cumbre Humanitaria Mundial, y probablemente también para conversaciones con otros líderes políticos, con vistas a salvar el acuerdo.

Este ha sido en sí muy criticado, tanto por los movimientos favorables a la acogida a los refugiados, que denuncian la vulneración al derecho de asilo que suponen las expulsiones colectivas —ya iniciadas— como por los opuestos a la acogida, que critican el compromiso de acoger al mismo número de refugiados por vías legales que inmigrantes irregulares se expulsen.

El año pasado, entraron en Europa a través de Turquía más de 1 millón de refugiados, siguiendo un trayecto que cruza Grecia y los Balcanes, en dirección a Alemania y otros países norteños de la UE.

En un contexto de crecimiento de partidos populistas xenófobos, los dirigentes europeos están sumamente preocupados por una nueva afluencia masiva de solicitantes de asilo, después de que Erdogan haya amenazado con abrir el paso si la UE no cumple lo prometido.

Mientras tanto, cientos de miles de personas siguen huyendo de áreas asoladas por conflictos en África y el suroeste de Asia, especialmente en Siria, donde los esfuerzos por derrocar al Gobierno de los países occidentales y sus aliados (como Turquía) en la región han mantenido vivos durante más de cinco años unos enfrentamientos que, de momento, ya han acabado con la vida de más de 400 000 personas, según estadísticas recientes.