Para qué se necesitan torres de oficinas si todos estamos en videollamadas. Quién volverá a subirse a un vagón de metro lleno. Qué pasará con los restaurantes a los que no se puede ir, a los que no se sabe ya si se quiere ir, con lo calentito y bien empaquetado que llega todo a casa. Cómo será, en resumen, el futuro de unas ciudades convertidas por el coronavirus en enormes esponjas de enfermedad y miedo, en “ratoneras” de las que muchos dicen querer escapar.
Comentarios
No creo que muera la ciudad.
Habrá una sacudida de precios en el sector inmobiliario. Zulos a 1000 euros se acabarán. Habrá que reformar millones de pisos que son inhabitables.
Pediremos obra nueva con espacio, luz y calidad.
Se volverán a encender los extractores de aire de los locales de hostelería, apagados desde que no se puede fumar dentro de un bar.
Más que la pandemia veo más importante el problema el precio de la vivienda, rebajar la saturación también podría hacer bajar los precios.
En cuatro años todo esto estará olvidado... quizas habrá más teletrabajo que antes porque las empresas se ahorran un pastón en oficinas y menos restaurantes porque los curritos comerán en casa, cerrarän algunos comercios a cambio de un aumento de la compra online y ya.