Estos seres asociales, cortos de inteligencia, largos de estolidez, han vuelto a “torturar” el pórtico oriental y los sillares de la iglesia de San Esteban, con más odio que en anteriores afrentas a nuestro patrimonio. Pero como aquí, la autoridad competente, si es que le compete algo que forma parte de lo público, pasa de sancionar a esta canalla, continuarán afeando cualquier monumento que se les antoje en su estrecho cerebro, parvas entendederas.
Comentarios
El pueblo pide a gritos un nuevo alzamiento nazional.
El tono de la noticia apesta, pero hay que se muy gilipollas para ponerse a pintarrajear el muro de piedra de una iglesia. Por el culo arriba les metía yo los botecitos de spray.