Hace 9 años | Por Matroski a yorokobu.es
Publicado hace 9 años por Matroski a yorokobu.es

Uno nace siendo de un equipo de fútbol y, seguramente, morirá siendo del mismo. Te puede gustar más o menos un entrenador, un portero o un presidente, irás o no irás al estadio… pero si sientes esos colores, los tendrás tatuados en el alma hasta el fin de tus días. Da igual que los jugadores nada tengan que ver con la esencia del mismo: es tu equipo y con ellos ganas o pierdes, lloras o ríes. Sin embargo en política no es así: ahí no nos casamos con nadie. Y mucho menos si eres activista.

Comentarios

Amalfi

Pero hay gente que sí se casa con un partido político, haga lo que hagan, les siguen votando, pero la mayoría no, ese tipo de personas son los que siguen votando a los dos partidos mayoritarios.