Hace 1 año | Por ContinuumST a carloshidalgo.es
Publicado hace 1 año por ContinuumST a carloshidalgo.es

[Junio de 2021] La semana pasada, el artista italiano Salvatore Garau consiguió vender el vacío por 15.000 euros, presentándolo en una subasta como una escultura inmaterial. Sí, una obra de arte que no existe, pero que lleva el nombre de “Yo soy” (Io sono, en italiano). Aun con todo, lo más sorprendente en esta historia son los requisitos impuestos por su creador: “Debe colocarse dentro de una casa, en una habitación libre de obstáculos y con unas dimensiones de 150 x 150 centímetros”. Asombroso.

Comentarios

musg0

¿Esto no es similar a los NFTs? Lo que tiene valor realmente es el papel de anís del mono que te ha dado el artista con las características de la obra que te ha vendido. Si alguien comprara la obra, se traspasaría el papel a otra persona que así sería el dueño de esa obra.
Si no hay papel y la única prueba de la obra es la obra en sí ¿Cómo se sabe que es de un artista concreto? ¿Quién lo certifica? ¿Te puedes fiar de ese certificador si el artista ha muerto y/o no corrobora que esa obra es suya?
Si ya la obra ni existe como en este caso y no hay papel, no hay nada que vender