Hace 4 años | Por dick_laurence
Publicado hace 4 años por dick_laurence
dick_laurence

#1 #2 #3 #4 #5 #6

Gracias a todos, ya tenéis aquí el segundo artículo de esa seríe:

Teoría del valor (II): el valor, ¿objetivo o subjetivo?

Doisneau

#11 Muchas gracias por el aviso, asi da gusto

Berlinguer

#11 Gracias =)

e

¿vas a tener en cuenta la globalización? Las visiones clásicas sobre economía y sobre moral suelen ser locales y no globalizadas.

dick_laurence

#2 Hola y gracias. En principio el esqueleto de los artículos que tengo preparando se ciñe a las teorías del valor occidentales. Utilizare como línea argumental las diferentes visiones históricas occidentales en orden cronológico para acabar en los últimos artículos con las que hoy en día imperan y se discuten. Es muy interesante lo que propones, aunque para poder presentar algo que incluya una visión global tendría primero que trabajar bien en conocer más a fondo estas. En cualquier caso me lo apunto como deberes... Gracias.

Berlinguer

Fantastico tema a tratar. Esperando con interes los proximos!

fr1k1

Esperando el siguiente

Adrian_203

Muy interesante. Para siguientes artículos mírate sino conoces a Ibn Jaldún, que antes de Adam Smith ya estaba hablando de valor-trabajo, aunque desconozco si de él posteriores pensadores tomaron referencias.

dick_laurence

#5 Gracias. De Ibn Jaldun he leído sobre todo relacionado con su pensamiento social más que económico, con su "teoría del conflicto" entre ciudad y desierto. Sobre su pensamiento económico conozco su defensa de la moneda como medio de intercambio, su adelantada tesis sobre los beneficios del libre comercio y tambien su adelantada tesis del valor agregado, pero debo reconocer que es uno de esos grandes autores que tengo pendiente profundizar...

Para estos artículos me ceñiré a las teorías de valor occidentales (decir esto no deja de ser una corta visión, pues estas teorías que llamamos occidentales no dejan de tener una fuerte base en autores árabes, pero ya me entiendes) En cualquier caso gracias, me lo apunto como deberes...

g

Muy buen artículo. Yo del tema solo conozco por haber leído las obras de Marx, sin ser economista. Me sorprendió en Marx dos cosas: 1) que se reconozca discípulo de Aristóteles en cuestiones económicas y 2) que, de hecho, platee que la parte más original de su mejor obra (El Capital), responde a una pregunta formulada, per no resuelta, por Aristóteles hacía más de dos mil años: el problema de la conmensurabilidad entre bienes de distinta naturaleza ¿que es lo que hacía que una mercancía se pudiera cambiar por cualquier otra, en una determinada proporción? ¿Cómo podían ser conmensurables cosas tan distintas como un una zapatilla y una casa?

Aporto un par de citas / notas que hizo Marx en su Contribución...

Aristóteles comprende, por cierto, que los precios de las mercancías presuponen el valor de cambio de las mismas: “es evidente que [...] existió el intercambio antes de existir el dinero; pues no hay diferencia entre dar cinco sillones a cambio de una casa o a cambio de la cantidad de dinero que valen cinco sillones”. Por otra parte, puesto que sólo en el precio las mercancías poseen la forma del valor de cambio recíproco,
aquél las toma conmensurables mediante el dinero. “Todo debe tener un precio; pues así siempre habrá intercambio y, en consecuencia, sociedad. A semejanza de una medida, el dinero torna a los objetos efectivamente Conmensurables (caracteres en griego), para luego equipararlos entre sí. Pues no hay sociedad sin intercambio, pero el intercambio no puede existir sin igualdad, ni la igualdad sin conmensurabilidad.” No se oculta asimismo que estos diferentes objetos medidos por el dinero son magnitudes totalmente inconmensurables. Lo que busca es la unidad de las mercancías como valores de cambio, que, en su carácter de griego antiguo, no podía hallar. Pero consigue salir del atolladero haciendo que lo que es
Cn sí inconmensurable se torne conmensurable mediante el dinero, en la ‘ medida en que ello sea necesario para los requisitos prácticos. “Por cierto que, en realidad, es imposible que objetos de tan distinta índole sean conmensurables, pero ello ocurre para las necesidades prácticas.” (Aristóteles, Ethica Nicomachea, libro v, cap. 8,

editado:
Bekkeri, Oxoni, 1837.)

Otra nota

Aristóteles (Ethica Nicomachea cit., libro v, cap. 8, p. 68): “El dinero se convirtió en medio de intercambio exclusivo de las necesidades recíprocas a consecuencia de una convención. Y de ahí su nombre de (caracteres en griego), es decir que no existe por naturaleza sino por ley (caracteres en griego), y que de nosotros depende modificarlo y tomarlo nulo.” Aristóteles concibe el dinero de una manera incomparablemente más multifacética y profunda que Platón. En el pasaje siguiente desarrolla magníficamente cómo del trueque entre diversas comunidades surge la necesidad de conferir carácter de dinero a una mercancía específica, es decir a una sustancia valiosa por sí misma. “Pues cuando la asistencia recíproca se extendió a través de distancias mayores por importación de faltantes y exportación de excedentes, se originó por necesidad el empleo del dinero [...] Se convino que en el intercambio reciproco no se daría ni tomaría otra cosa que algo intrínsecamente valioso, que tuviese la ventaja de ser manuable [...] como el hierro y la plata, o alguna otra cosa de esa índole” (Aristóteles, De república cit., libro i, cap. 9, p. 14). Michel Chevalier — quien o bien no leyó a Aristóteles, o bien no lo comprendió— cita este pasaje para demostrar que, en opinión de Aristóteles, el medio de circulación debe consistir en una sustancia intrínsecamente valiosa. Por el contrario, Aristóteles dice que el dinero, en cuanto mero medio de circulación, parece tener una existencia meramente convencional o legal, como lo indicaría ya su nombre de (caracteres en griego), y como, en efecto, sólo adquiere su valor de uso como moneda de su propia función, y no de un valor de uso que le es inherente. “El dinero parece ser nulo, y sólo tiene valor en absoluto por ley, pero es nulo por naturaleza, de modo que, puesto fuera de circulación, no posee valor alguno y es inútil para cualquier necesidad” (ibid., p. 15)

(Hay más notas, pero esas me parecieron las más relevantes y que no son reiterativas con el artículo original dedick_laurencedick_laurence)

En El Capital, Marx desarrolla en el libro, en el primer capítulo, el siguiente texto, no como nota sino como parte central de su argumentación:

(...) se nos presentarán todavía con mayor claridad si nos remontamos al gran pensador que primero analizó la forma del valor, como tantas otras formas del pensamiento, de la sociedad y de la naturaleza. Nos referimos a Aristóteles.

Ante todo, Aristóteles dice claramente que la forma–dinero de la mercancía no hace más que desarrollar la forma simple del valor, o lo que es lo mismo, la expresión del valor de una mercancía en otra cualquiera. He aquí sus palabras:

“5 lechos = 1 casa”
“no se distingue” de
“5 lechos = tanto o cuánto dinero”

Aristóteles advierte, además, que la relación de valor en que esta expresión de valor se contiene es, a su vez, una relación condicionada, pues la casa se equipara cualitativamente a los lechos, y si no es mediante alguna igualdad sustancial, estos objetos corporalmente distintos no podrían relacionarse entre sí como magnitudes conmensurables.

“El cambio –dice Aristóteles– no podría existir sin la igualdad, ni ésta sin la conmensurabilidad”. Mas al llegar aquí, se detiene y renuncia a seguir analizando la forma del valor. “Pero en rigor –añade– es imposible que objetos tan distintos sean conmensurables”, es decir, cualitativamente iguales. Esta equiparación tiene que ser necesariamente algo ajeno a la verdadera naturaleza de las cosas, y por tanto un simple “recurso para salir del paso ante las necesidades de la práctica”.

El propio Aristóteles nos dice, pues, en qué tropieza al llevar adelante su análisis: tropieza en la carencia de un concepto del valor. ¿Dónde está lo igual, la sustancia común que representa la casa respecto a los lechos, en la expresión de valor de éstos? Semejante sustancia “no puede existir, en rigor”, dice Aristóteles.

¿Por qué? La casa representa respecto a los lechos un algo igual en la medida en que representa aquello que hay realmente de igual en ambos objetos, a saber: trabajo humano. Aristóteles no podía descifrar por si mismo, analizando la forma del valor, el hecho de que en la forma de los valores de las mercancías todos los trabajos se expresan como trabajo humano igual, y por tanto como equivalentes, porque la sociedad griega estaba basada en el trabajo de los esclavos y tenía, por tanto, como base natural la desigualdad entre los hombres y sus fuerzas de trabajo. El secreto de la expresión de valor, la igualdad y equiparación de valor de todos los trabajos, en cuanto son y por el hecho de ser todos ellos trabajo humano en general, sólo podía ser descubierto a partir del momento en que la idea de la igualdad humana poseyese ya la firmeza de un prejuicio popular. Y para esto era necesario llegar a una sociedad como la actual, en que la forma–mercancía es la forma general que revisten los productos del trabajo, en que, por tanto, la relación social preponderante es la relación de unos hombres con otros como poseedores de mercancías. Lo que acredita precisamente el genio de Aristóteles es el haber descubierto en la expresión de valor de las mercancías una
relación de igualdad. Fue la limitación histórica de la sociedad de su tiempo, la que le impidió desentrañar en qué consistía. “en rigor”, esta relación de igualdad.

dick_laurence

#6 Gracias. Si finalmente consigo ir terminando las diferentes entregas de esta serie la idea es tratar, como no, un artículo en concreto a la teoría del valor del innombrable (ojo, que si dices tres veces seguidas su nombre se te aparece con barba y todo en la habitación, y come niños...), pues más allá de que se le otorgue mayor o menor acierto ahora, sin las consecuencias de su tesis de valor no se podría explicar el mundo hoy en día. En cualquier caso las referencias a Aristóteles son comunes en muchos pensadores que trataron asuntos económicos , desde Santo Tomás de Aquino o Adam Smith, pasando por el innombrable hasta el propio Von Mises (por poner uno justo al otro lado del pensamiento marxiano). De ahí que eligiéramos como referencia para este primer artículo a Aristóteles, pues gran parte del trabajo de otros autores parte de explicar su obra...

dick_laurence

Gracias. Si finalmente consigo ir terminando las diferentes entregas de esta serie la idea es tratar, como no, un artículo en concreto a la teoría del valor del innombrable (ojo, que si dices tres veces seguidas su nombre se te aparece con barba y todo en la habitación, y come niños...), pues más allá de que se le otorgue mayor o menor acierto ahora, sin las consecuencias de su tesis de valor no se podría explicar el mundo hoy en día. En cualquier caso las referencias a Aristóteles son comunes en muchos pensadores que trataron asuntos económicos , desde Santo Tomás de Aqino o Adam Smith, pasando por el innombrable hasta el propio Von Mises (por poner uno justo al otro lado del pensamiento marxiano). De ahí que eligiéramos como referencia para este primer artículo a Aristóteles, pues gran parte del trabajo de otros autores parte de explicar su obra...