Hay exceso de obras, y desde siempre ha sido imposible conocerlo todo; ahora más que nunca. Me viene a la mente cuando Borges hablaba de lo inconmensurable, lo inabarcable de las posibilidades que, como es imposible de concebir, abruma y satura sin necesidad real. Abstractos inexistentes que afectan. La mente no está preparada para un número tan inmenso que resulta lo mismo que el infinito.
Por partes.
El arte o lo creativo hace ya simbiosis con el consumismo. Ser creador supone asumir que tus obras deben darse a conocer, y por consiguiente obtener beneficio de ello, el que sea. Ya no se crea sin un motivo claro, tan introducido y arraigado está el consumo en todo. Aquí se viene, o a consumir, o a producir, y siempre a cambio de algo. No me haga usted perder el tiempo.
Irónico.
Y es esa falta de tiempo -o exceso del mismo- que consumimos con premura o incluso por presión social. Tienes (remarco) que ver esta serie. Necesitas (es vital) ver y opinar sobre esta película. Y es un placer, vaya que sí, pero se ha convertido en rutina, obligación, en un imperativo social.
No tengo Netflix o similar por eso mismo, porque dejaría de tener tiempo hasta el punto de que ya no sabría quién soy. No exagero. Entre trabajar, dormir, ser social y esas cosas, y ocupar el tiempo libre, he olvidado parar y analizar el porqué soy así, por qué actúo por inercia. Nada, hay prisa, saca la faena a tiempo y te ves también a tiempo los diez capítulos de esa nueva serie para poder comentarla sí o sí con el prójimo. Es de suma importancia. Serás mejor persona, es una obra profunda capaz de abrirte hasta el o...
Basta.
Me resulta increíble que reniegue de la cultura. Me he criado con películas y series, videojuegos, cómics y música. Eran y son parte natural de mi vida, ya nadie piensa cuánto forma parte de nosotros. La cultura me ha criado, y a veces mejor que mis padres, atrapados en fábricas.
Las series dan lecciones y moralinas cual profesor hastiado, con la excepción de las clásicas que todos recordamos por enseñar esa lección de vida digna de un maestro (que no es lo mismo que profesor). Pero, ¿son lecciones realmente tan genuinas que podemos aplicarlas al mundo real? No deja de ser un reflejo, y su incursión en lo real resulta torpe o en ocasiones poco acorde. Me estoy alejando de lo principal, pero lo abordaré al final.
No pienso ponerme Netflix porque me lo debo. Me debo tiempo para mí, tiempo para pensar por mi cuenta y, lo principal, descansar la mente. Vivimos en una actualidad de rellenar el tiempo para luego opinar sobre ello al aire (redes sociales) o con los cercanos (integridad e identidad de grupo, aunque los cimientos de la amistad se estén descuidando por culpa de estas distracciones constantes).
No queremos sentirnos desplazados, y esa subcultura que hacía feliz a su manera al friki de la clase se ha convertido en moda. Visto con perspectiva, me doy cuenta que fui de las primeras víctimas o conejillo de indias del consumismo metiendo la zarpa en ese tipo de ocio. Tengo ahora la impresión que veía al Goku porque me lo impuso la televisión, los medios, y me lo remató la publicidad de productos relacionados; por no hablar de los amigos, que desde niños somos Spam con patas, comerciales sin sueldo del producto de moda.
Una cosa lleva a la otra y terminas viendo otros animes y leyendo manga, y de ahí saltas a los cómics en general, y de ahí a ampliar el tipo de películas, y los videojuegos están relacionados, claro, y... Un suma y sigue que hace llenar tu habitación y tu interior con un tipo de cultura que, siempre, tienes que pagar por ella. Está la cultura que pertenece a todos, que no cuesta nada, y está de la que hablo, marcada por tendencias. En algo hay que gastar el dinero, se dice. Frase peligrosa.
No lo puedo evitar, deseo (ansío) leer una cantidad ingente de libros y cómics, escuchar cantidad de discos, jugar a los mejores videojuegos y ver las películas y series que marcan como el fuego, las consideradas sagradas. El culto, la secta. Tienes que adorar a X, ha creado la película del siglo...
Es una costumbre que me he o me han inculcado desde niño. Lo disfruto y aprendo de ello, lo comparto con quienes quiero y aprecio, y lo alabo porque crear tiene trabajo y mérito. Pero me he saturado, siento que cada vez hay más obras interesantes y que si no tengo cuidado me pierdo algo importante (FOMO). Sin darme cuenta, el tiempo libre se ha convertido en una obligación para con la cultura. Tengo dos trabajos.
HAY que leer el libro de moda. HAY que ver esa película de la que todos hablan. HAY que escuchar y opinar sobre el último de tal músico... Lo irónico que el tema de conversación se agota pronto: "¿Has escuchado el último disco de tal? Sí, tío. Está guapo, ¿eh?", y a otra cosa. Ya no se analiza para uno mismo el valor real de esa obra, lo que quiere expresar, y es por culpa de la enorme cantidad. Deseas escuchar enseguida otro disco de otro artista porque la pila o torre se acumula junto a las otras de libros, cómics, juegos, locura...
Administrarse el tiempo ayuda, es obligado, y eso mata el sentido mismo del ocio, que es disfrutar de un momento para ti sin reglas ni responsabilidades. Pero al ubicarlo dentro del tiempo, se define, se estructura en un plazo porque dentro de X horas tengo que hacer tal para luego lo otro y... Encima convertir en rutina el ocio hace que pierda sentido. Se ha consumido tanto que cada obra se convierte en una más. Se vuelve costumbre, y es una obra detrás de otra, acumulando, venga, la siguiente, y eso logra que no se le dé valor, o incluso se consuma con prisas para ir a lo siguiente, perdiendo matices y detalles. Ya hay gente que ve series subtituladas al doble de velocidad. Venga, vamos, la siguiente.
Saturación. Parte de la culpa es la sobreinformación y el fácil acceso a la misma. Hay tantas listas de recomendaciones, tantas personas opinando, que bloquea. Tienes un género favorito y mil obras por analizar, que de lograrlo has olvidado la primera que viste/leíste, la cual quizá cambie de perspectiva si se vuelve a analizar... Aunque poco importa, porque de tanto consumir una obra detrás de otra, en realidad olvidas a los días lo que viste, leíste u oíste.
Y es que veo que las generaciones más jóvenes se han adaptado a este exceso. Les resulta natural y hasta lógico como forma de vida. Llega a tal punto, retomo el tema, que no parece que vivan en el mundo real. Les cría la ficción, y sus lecciones se basan en aprendizaje artifical. He visto a chavales que sus gestos y expresiones imitan a la de personajes de ficción. Fantasean más que la media y su visión del futuro parece no terminar de definirse. Asumen que la vida que llevan siempre va a ser esa, que nada va a cambiar. Los siento como víctimas del consumo, obligados socialmente a ver la película más taquillera o jugar al Fortnite si quieren formar parte de la sociedad. Si no juegas a ese juego, eres el raro de la clase. Qué inesperado giro de la trama, oye.
O, bueno, igual son/hemos sido víctimas de la adicción, de la subida de dopamina desde niños. Yonkis inconscientes desde siempre. Un episodio más y me voy a dormir, lo prometo.
Así que poco a poco me voy alejando de ver series y cine. No me reconozco. Voy a jugar menos a videojuegos (aunque estuve años sin probar ninguno) y a dedicarme principalmente a leer, lo único que no me satura y que de verdad me llena y mejora como persona. Por puro instinto de supervivencia, tengo que seleccionar, y ahí el método a seguir ya no está tan claro. ¿Quizá leer o escuchar el principio y seguir sólo si me llama? ¿Y si me estoy perdiendo algo importante al no dar una oportunidad? No es justo para los creadores tratar a sus obras de ese modo... Y así, continuaremos con la odisea impuesta de la sobrecarga cultural.
Es tan vasto el mundo que cuanto antes se asuma que es imposible conocerlo todo, mejor. Una pena, pero es lo que hay.
P.D.: A veces me dan ganas de decirle a un consumista nato de series que está tirando su vida a la basura. Con lo grande que es el mundo, e insistimos en quedarnos en una parcela. Conozco a gente que sólo habla de series y películas, ocultando así su falta de experiencias reales. Da para pensar. En fin.
Comentarios
Cuidado porque aquí nos han colado un caballo de Troya, una cosa es cultura, subrayando la parte de sinónimo que tiene con conocimiento, y otra es entretenimiento, en muchos casos muy estéril en términos de cultura. Otras veces se pueden solapar en parte, pero no hay que perder de vista que en el fondo son nociones opuestas.
En un periódico es la diferencia entre un artículo y la página de pasatiempos, el veneno es que muchos artículos tienen más de pasatiempos que otra cosa. Toda la prensa rosa, fundamentalmente, que es lo que ha copado las televisiones, cuando es algo que da como mucho para distraer la espera en una peluquería.
No te agobies, la cultura y el entretenimiento están a tu disposición y no al revés. Aunque es cierto que los que somos de otra generación acusamos cierta saturación, es un poco lo que decía Collin Farrel en True Detective sobre esos sucedáneos tipo cigarrillo electrónico: no sabes si te lo estás fumando tú o eso se te está fumando a ti.
No me acuerdo a quién le escuché decir en la tele, que hoy en día lo importante es "saber descartar". Para mí esas dos palabras dan en el clavo.
También me gusta al respecto la primera mitad de esta tira cómica:
https://xkcd.com/1769/
#1 Ojo que eso que llamas entretenimiento tiene moraleja y moralina por debajo... en medio y encima... ojo.
Yo tengo la teoría de que la ficción realista tipo cine, en la que no hay artefacto visible sino verismo, afecta a la manera en la que el cerebro asimila lo visto y aunque no lo sienta como real al verlo, sí asienta cosas como reales y modifica el mundo en el que vivimos.
Nosotros no tenemos tele en casa por decisión propia y aunque a veces vemos series, siempre tratamos de que estén terminadas y verlas porque las queremos ver. Recién nos pusimos Prime y Filmin, después de unas semanas viendo cosas que ya nos apetecían de antes de pronto surgió la pregunta "qué vemos hoy" y cuándo nos dimos cuenta de que entrábamos en esa inercia de que había que ver algo sí o sí, cortamos el tema.
#1 Aunque tienes razón, también creo que tiene algo de prepotencia esa diferenciación, es lo que ha pasado siempre. Recuerdo que en literatura, creo que era el periodo de posguerra había dos tipos de teatro según nuestra profesora "el que triunfaba y el que no triunfaba", y obviamente solo se estuviaba el segundo porque era el que tenía valor literario.
Ahora bien, creo que en muchos aspectos lo que te pueda enriquecer un medio depende mucho de cada persona, y si bien nunca me ha gustado la literatura que se ha enseñado en el instituto, luego de mayor me he intersedo en leer varios libros/obras y me ha dado la impresión de que muchos si bien son fruto de su contexto histórico, también estan bastante vacios de contenido.
Llevándolo al absurdo, no veo tanta diferencia entre ver un cuadro de un pintor famoso, o un garabato convertido en meme, y que uno tenga que ser de mayor calidad cultural que el otro, incluso cuando se podría entender que hacen las mismas críticas.
#13 No tengo tan claro que las pinturas rupestres fuesen por amor al arte, pero incluso viéndolo así, despues de eso nada más.
Un momento álgido como el Renacimiento precisamente estuvo muy alejado por decir algo del puro hedonismo .
Pensar en las musarañas y el dolce far niente italiano también son cultura.
La diferencia entre la lectura y lo "eléctrico" moderno está en lo subliminal, la mente trabaja de otra manera y el tiempo a no ser que seas un lector compulsivo ¿adicto? pasa también de otra manera.
Sigo diciendo que ni el cine, ni la pintura, ni la literatura, etc., etc., se "consumen". No se puede consumir ver un cuadro de "PintorHache", ni se puede consumir ver una escultura de "EscultorZeta", ni se pude consumir leer la novela de "EscritorEme". Es que no se puede.
#0 Lo que no tengo claro es ¿cuando se creó sin un motivo claro, por el placer de crear?
#2 Me recuerda un poco a lo del canon literario donde una élite dice lo que es literatura y lo que no, con mejor o peor juicio.
Y sí, el Quijote para mí es un coñazo, en pocas palabras, aunque de todas partes se saca algo.
No son líneas nítidas, pero cuando pienso en entretenimiento me viene a la mente la enésima película palomitera de Hollywood , mismo argumento con distintas caras y decorado... difícilmente eso te hace crecer como persona, ni te estimula ninguna inquietud ni te lleva a hacerte nuevas preguntas.
Se puede entender que ese entretenimiento forma parte de una cierta cultura pero se puede decir que objetivamente poco aporta de conocimiento.
Así que poco tiene de cultura en ese sentido, meterlo todo en el mismo cajón de sastre tampoco ayuda a clarificar ni creo que la factura en sí misma de la obra sea un factor determinante.
De hecho se diría que ésa es su función en un contexto de pan y circo, no se trata tanto de un elitismo pomposo como de valorar objetivamente lo que algo te aporta, por más que eso lo determina finalmente el consumidor.
El circo es lo que te distrae de apreciar que se trata de un circo, así que no pueden estar en la misma categoría las obras que versan sobre ese circo que el circo en sí mismo, es otro género.
La clave está en disfrutar de tu tiempo de ocio, da igual que sea una película, una serie, un libro o hacer deporte. Hay que hacerlo disfrutando, sin autoimponerse plazos, sin que sea una obligación.
Me encanta ver una buena película e incluso comentarla con amigos, pero no tengo la necesidad de verla la semana del estreno, ya la veré cuando pueda disfrutarla bien.
#7 Pues así nos está criando esta sociedad, en el "consumismo" de obras a cambio de gastar. Es un sistema sin alma.
Menos mal que de vez en cuando leer un buen libro cura, al igual que una buena peli, ea.
#10 Imagino que sólo los primeros humanos lo hicieron, y en realidad puede que hubiesen motivos espirituales detrás.
#12 Muy buena decisión. Esa inercia es uno de los males inconscientes actuales.
Creo que nunca me he sentido tan poco identificado con algo. No tengo que leer ningún libro de moda, no tengo ver ninguna película o serie, no tengo el más mínimo interés en dar opinión a otros sobre lo que veo o leo y me importa una mierda lo que opinen los demás... Pueden pasar años finalizada una serie "de moda" hasta que la veo. Por ejemplo, aun estais a tiempo de hacerme spoilers sobre JdT O TWD y se me habrán olvidado para cuando las vea.
Es tan fácil como NO hacerlo y que te la sude todo. Sinceramente no entiendo como alguien puede caer en ese tipo de dinámicas tan absurdas.