Hace 6 años | Por Arjuna
Publicado hace 6 años por Arjuna

Comentarios

Condorcet

#0 Me gustaría hacer un par de aportaciones a lo expuesto.

El fascismo o fascismo 2.0 como lo llaman ahora, tiene un comportamiento muy social y de buen encaje en contextos muy específicos, y la Historia nos ha enseñado el patrón. Me gusta llamarlo "la triada de factores" al constatar en los casos español y italiano, también podríamos incluir a Austria o Ucrania, tres problemáticas en las cuales el discurso fascista se asienta a la perfección: primero, la desigualdad social. Hoy en día vemos diversos grupos como Hogar Social, España 2000 o Amanecer Dorado, que aprovechando una situación socio-económica vulnerable, basan sus discursos en la justicia social hacia el nacional mediante la exclusión del extranjero acusándolo de "sablear" la riqueza del país; segundo, la decadencia de las instituciones. Como bien sabemos, la corrupción está siendo desde los últimos años una epidemia que no termina de solucionarse por una obvia complicidad de prácticamente toda la jerarquía política. Esta devaluación política e institucional revela una caída paulatina de la calidad democrática del país en cuestión, provocando reacciones polarizadas de tendencias regeneradoras o ultra-patriotas. El tercer factor son los encajes nacionales. Los fascismos del siglo XX no pueden entenderse sin las pretensiones del "espacio vital" por parte de Alemania, Trieste por parte de Italia o los recíprocos intentos de centralización-descentralización de España o las guerras en el África. Estas pretensiones, acaban superando de lejos el interés político de turno y terminan rodeados de una intelectualidad "patriota" que justifica la dialéctica desde una lógica de espíritu histórico y nacional, movilizando y radicalizando a las masas populares.

El segundo aporte es sobre la relación Utopía-Distopía y el orden de ambas palabras no lo he puesto por casualidad. Recuerdo una conversación entre Humberto Eco y Javier Marías donde el primero defendía como la "notoriedad" había substituido a la "reputación". Se trata de un nuevo comportamiento de las sociedades que rehuye de los valores nobles o humanistas para centrarse en el interés propio situándose en el ojo de la sociedad a cualquier precio. Marías, en una visión eurocéntrica, aportaba el "hecho" de que la sociedad occidental había dejado de creer en Dios fruto de un escepticismo obvio y de una caída en el seno de las banalidades. Una dinámica natural del propio progreso pero que no iba acompañada de una consciencia social vinculada a la defensa del bien común, ni a la defensa de las libertades ni a la defensa de los derechos humanos.

Disculpad la extensión. Saludos.

Fernando_x

Excelente artículo. Quiero también recalcar el origen y la base: el uso interesado del miedo. Sólo cuando una persona tiene miedo de verdad se la puede manipular para que abandone el pensamiento racional. El mensaje de la manifestación "no tengo miedo" está muy bien elegido.

Por eso siempre que alguien me viene con que invasión, que si cuando sean mayoría, respondo que eso no funciona conmigo porque no soy un cobarde.