Yo soy profesor, y aunque por suerte no me toca trabajar en Murcia (un abrazo a los que se empeñan en seguir trabajando allá contra todo y contra casi todos) si tuviera que enfrentarme a una situación semejante (y puede que tenga que hacerlo: estas cosas suelen crear el "efecto copiamonas") lo tendría claro. Que el niño pase sin mascarilla si él y su papá catedrático de verdadología por internet quieren. Pero que se siente en una aula solo, con el profe de guardia si hace falta, con un dossier de ejercicios y los libros de texto que hagan falta, y que le dé clases su tía la bizca. O que se establezca ya para esta gente el modelo de escolarización en casa al estilo de los yankis, y tenemos como mínimo tres imbéciles menos que aguantar durante el curso: el nene de los cojones y sus putos papis o tutores legales.

A pesar del placebo, es un fraude desde el mismo momento en que se presenta como terapia efectiva y completa, que permite "renunciar" a la medicina científica , y además se cobra a precios tres o cuatro o cinco veces más caros que un medicamento real para afecciones similares (hasta 10 euros por un supuesto antiinflamatorio homeopático, frente a los 2 que cuesta el ibuprofeno genérico). Y cuando, por mucho que lo nieguen, se presenta como alternativa efectiva y real para enfermedades graves que ponen en peligro la vida del paciente, ya pasa de fraude a intento de homicidio, o a homicidio si consiguen que el paciente se trague la bola. Si funcionara o no tuviera intenciones dolosas, no necesitaría presentarse como "medicina alternativa": porque la medicina que funciona, sea sintetizando sus principios activos en un laboratorio o recurriendo a plantas medicinales, se llama simplemente medicina, sin más.

Por lo visto sólo existen catalogadas como "cine" ciertas mamarrachadas americanas... Mejor: alguien que cree que lo del pedazo de caballo trotón de la Berkeley haciendo aspavientos como si tuviese corea de Huntington en esa mierda antológica que es "Show Girls" es un striptease no merece ver a la diosa Loren enseñándole a Marcello lo que se va a perder mientras suena "Abat-jour" en el tocadiscos...

#1 Hombre, esta mujer era encantadora, nada que ver con el bacalao reseco y relleno de odio marujil de la Anarrosa.

Otro ejemplo de ideología disfrazada de estadística. Que la sede de una empresa esté en Panamá no indica que su actividad se lleve a cabo allí, ni es indicador de expansión económica de Panamá.

La verdad es que el "Manuscrito..." al que casi podemos considerar el pionero del género fantástico contemporáneo, deja entrever un tanto la inestabilidad mental (supuesta) del autor: a veces parece la relación atropellada de unas alucinaciones patológicas. Es como el polo opuesto de Poe, siempre tan consciente, a pesar de todo, y puntilloso con su labor artística y con su propia filosofía de la composición del relato.

El problema teológico y moral, por el cual han de disfrazar las tasas como "ofrendas" (que son tan "voluntarias" como las aportaciones que cobran en sus colegios sobreconcertados) es que ponerle precio a un sacramento es un pecado mortal, el de simonía, para el cual Dante creó las fosas infernales llenas de papas. Es una práctica que en teoría debía estar completamente abandonada, y ciertamente también hay muchos curas que no la llevan a cabo.

Por suerte, el gobierno polaco, dentro de su impecable trayectoria en defensa de la libertad bien entendida y no del libertinaje, se preocupa mucho más de los cien mil millones de muertos y mártires causados por el comunismo que de estas minucias, que total solo afectaron a cuatro judíos, gitanos y maricones de mierda...

Tiran sólo dentro de lo que permite la sharia, no hay que preocuparse.

Esto le pasa por no ser Ted Nugent o Sherpa...

El mal de nuestros tiempos puede que sea el haber cambiado el enfrentamiento entre dos bloques ideológicos, sociales y políticos más o menos elaborados por el enfrentamiento entre dos cuadrillas de fanáticos subnormales que discuten por sila verdad absoluta reside en la fantasía de unos pastores analfabetos de la edad de bronce o en las alucinaciones de un camellero follacabras...

Cuando una religión en su versión integrista se convierte en identidad, tenemos un problema. Y gordo. Tanto como el de Francia o Bélgica. Nacido del mismo error; un falso "respeto" o "convivencia" que implica dejar actuar con manos libres a gentuza como el tal Adlbi hasta que la hacen tan gorda que ya no se puede dejar de mirar. No me preocupa que Ahmed o Fátima tengan un sitio para rezar: en Europa siempre lo tendrán. Me preocupa que Walid o Aïcha no puedan dejar de ser "musulmanes" porque ni nosotros los vemos como conciudadanos sin etiquetas tan sólo por culpa de su nombre, ni (lo que es aún peor) que tampoco puedan dejar de serlo porque un follacabras fanático que manipula a su comunidad desde una mezquita la marque a ella como puta por no llevar velo o a él como apóstata por ser indiferente a las costumbres que el jefecillo identifica como "verdaderas" (y que seguramente ya llevaban muchos años de decadencia o ni siquiera existían en el país de origen de su familia). La multiculturalidad es un fracaso, si se entiende como mera conllevancia. Que se les pregunte quiénes son y qué quieren ser, y que se garantice su derecho a serlo, me parece la única vía de la famosa integración. Sin miedos ni traumas postcoloniales como los de los franceses: al fin y al cabo, no sé los de ustedes, pero mi abuelo nunca fue un pied-noir, sino vendimiador temporero.

No existe el "derecho a no vacunarse", como tampoco existe el derecho a traficar con cocaína, a conducir en contradirección por una autopista, a destrozar mobiliario urbano o el derecho a disparar a quien te caiga mal o tenga (segun tú) malas pintas. La libertad no es hacer lo que te salga de tus cojones morenos, o lo que te dicte tu ignorancia incívica, sino hacer lo que quieras mientras no perjudique ni ponga en peligro a nadie. En ese punto, ya no es ejercicio de la libertad individual, sino delito. En este caso, contra la salud pública. Y si un sanitario o un cuidador no se quiere vacunar para proteger a sus pacientes, se le puede despedir como trabajador incapaz que demuestra ser.

Pues vaya ley idiota la del Japón. Más aún cuando el Concerta o el Ritalin no actúa como estimulante en las personas con TDAH.

Otra señora fea que practica las tontunas que se ponen de moda en los gimnasios... Como si quiere hacer zumba o aquagym. Tanto es si en pelotas o vestida de saco de patatas islámico. El interés de la noticia es el mismo,