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El tema de la semana en la campaña electoral continúa siendo el escándalo producido por las revelaciones en torno al “líder espiritual” racista de Barack Obama, y al discurso pronunciado por este último hace un par de días para intentar poner paños fríos sobre el asunto. Cientos, cuando no miles, de páginas se han escrito al respecto en las últimas 72 horas...
Obama está realmente tocado. Los Clinton le han hecho un traje a la medida (pero a la suya). Está a punto de aparecer, a los ojos de los electores demócratas, como el estereotipo de candidato testimonial afro-americano, es decir, privativo de uno de los grupos de la coalición demócrata, y que, por ende, no puede ganar.
Evo Morales, se sumó a la ofensa y acusó al Partido Popular español de estar confabulando para derribarlo. De paso podría también dar a luz los nombres de los consejeros del PSOE que viajaron a La Paz para ayudarlo en su campaña electoral. Esos aparecieron por televisión y el presidente les agradeció públicamente por su dedicada cooperación.
La controversia con motivo de la Semana de Sensibilización con el Islamofascismo se centró en gran medida en torno a la difamación gratuita de que el término "islamofascismo" difama propiamente a todos los musulmanes. Por supuesto, esta acusación descansa sobre la ilógica premisa de que “islamofascismo” es un término distinto en algún sentido a "racismo blanco" o "fascismo italiano", los cuales nadie ha entendido nunca que sugieran que todos los blancos son racistas o que todos los italianos son fascistas.
El tema de la semana en la campaña electoral continúa siendo el escándalo producido por las revelaciones en torno al “líder espiritual” racista de Barack Obama, y al discurso pronunciado por este último hace un par de días para intentar poner paños fríos sobre el asunto. Cientos, cuando no miles, de páginas se han escrito al respecto en las últimas 72 horas...
Obama está realmente tocado. Los Clinton le han hecho un traje a la medida (pero a la suya). Está a punto de aparecer, a los ojos de los electores demócratas, como el estereotipo de candidato testimonial afro-americano, es decir, privativo de uno de los grupos de la coalición demócrata, y que, por ende, no puede ganar.