En este caso creo que #69 da en el clavo. Hay equipos más "conflictivos" que otros, que siempre están metidos en este tipo de "fregados". Algunos protestan más de la cuenta, otros pasan al insulto y los menos son capaces de zurrar a un árbitro o al contrario.
Todo el que haya jugado al fútbol sabe que campos de su liga es donde suele haber más problemas, los mismos equipos suelen aparecer casi cada fin de semana en los comités de competición.
En este tipo de agresiones al árbitro, el equipo entero debe ser sancionado, un año de inhabilitación al equipo, si vuelve que sea desde la división más baja y al jugador prohibición de jugar de por vida. El equipo ya sabe que tiene a un bestia en el equipo mucho antes de que esto suceda, así que la sanción al equipo es justa.
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He jugado en repetidas ocasiones contra este equipo y esto no es un caso aislado. Ir a jugar a ese campo implica ser insultado continuamente cuando no agredido y muchos de sus jugadores han sido repetidas veces severamente sancionados.
En este caso el problema ya no es el fútbol (sala en este caso) en si, no tiene que ver con la ultracompetitividad, es de la gente para la que la violencia es su normalidad y el deporte es sólo un sitio más dónde lo demuestran.
En este caso, todos los equipos de la categoría estaríamos encantados que este equipo bajara o desapareciera de una vez, pero mientras se escuchen reacciones cómo las de la grada y no se produzca un cambio cultural profundo en según que sectores de la sociedad esto no cambiará. Puede que no se vea porque pase en categorías más bajas, pero seguirá pasando, contra arbitros, entre jugadores, entre aficionados o peleándose en la calle por cualquier tontería.