Gente buena hay en todos lados, está claro… Pero a mi, más que el que el mendigo devolviese la tarjeta, lo que me sorprende es que la mujer le diese su tarjeta de crédito! Qué generosidad y confianza en el prójimo… Me encantaría decir que yo lo haría igual, pero la verdad es que lo veo difícil, el miedo me podría!!
Ole por los dos! Demostrando que hay que confiar en la humanidad…
Sólo puedo decir una cosa: si esa frase es cierta, mal vamos!!