“El abuso sexual de voluntarias ocurre todo el tiempo, pero ninguno de nosotras ha denunciado tal caso a la policía porque ninguno de nosotras quería ser visto como un oponente de refugiados y causar problemas para el centro”. El testimonio es de Rebecca Sommer, una activista a favor de la inmigración, a la que la experiencia la ha cambiado por completo, hasta el punto de que esta esclarecedora entrevista a una publicación polaca es el anuncio de su decisión de emigrar a Polonia porque considera perdida a Alemania.